“Mi nombre es Hercule Poirot y probablemente soy el
mejor detective del mundo”.
Así se define el protagonista obsesivo y soberbio de esta estilizada remake de
la novela homónima de Agatha Christie ambientada en los años 30.
Como atractivo principal ofrece un elencazo -el aumentativo no es una
exageración-, que se mueve por bellos paisajes centroeuropeos a bordo del
famoso tren del título y en parte sigue rodando gracias a la fama del original
literario y sus versiones cinematográficas y televisivas.
La docena de pasajeros que pronto se convierten en sospechosos tienen los
rostros veteranos de Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Judi Dench, Derek Jacobi,
Penélope Cruz y alguno más nuevo como el de Daisy
Ridley o Josh Gad y a Poirot en el británico Kenneth Branagh que además se hizo
cargo de la dirección.
Un doblete en el que tiene mucha experiencia, aunque sea la primera vez que lo
encara con un bigote excesivo y acento belga.
La trama comienza con el protagonista regresando a casa en el Expreso de
Oriente, cuya larga travesía debía ofrecerle varios días de descanso, pero uno
de sus compañeros de viaje aparece cosido a puñaladas -al mismo tiempo que un
alud deja al tren varado en medio de la nada-, por lo no tiene más remedio que desenredar
la madeja de pistas y secretos, porque el asesino está entre ellos.
El director rodó en 65 mm para sacar provecho de los bellos paisajes -malteses
en su mayoría-, aunque la nitidez de ese formato se pierde bastante en las
proyecciones en 35 mm y las digitales que son la mayoría, pero la factura
visual junto con la aproximación a la época y el elenco son lo mejor del
largometraje.
Por otro lado, su mayor problema es que no llega a atrapar porque ninguno de
los personajes está suficientemente desarrollado y el misterio se diluyó.
Entre las razones de esa falta de intensidad: que la acción depende de hechos
previos; que el amenazador encierro se rompe para pasear a los personajes en
medio de la nieve -hasta hay una manierista toma de grupo en un túnel que remite
a “La última cena” de Da Vinci- y que el final resulte más digno de un drama
que de un policial.
No obstante eso, el público ha respondido a la espectacularidad duplicando el presupuesto
-mediano- rápidamente, lo que ha dejado a los productores -herederos de la
autora- tan contentos del resultado que la mención de Muerte en el Nilo en la última escena se convertiría en la segunda
aventura de Branagh y sus bigotones.
Título
original: Murder on the Orient Express
Director: Kenneth Branagh
Guión: Michael Green
Fotografía: Haris Zambarloukos
Música: Patrick Doyle
Interpretres:
Kenneth Branagh, Michelle Pfeiffer, Johnny Depp
Origen: USA, Malta –
2017
Clasificación: Sólo apta mayores de 13 años
> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt
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