Chris Marker se fue tan discretamente como vivió y
creó.

La leyenda cuenta que el director francés Chris Marker -seudónimo que reemplazo
tempranamente al Christian François Bouche Villeneuve con que
nació– era una persona tan celosa de su privacidad, que nunca concedió
una entrevista, que evitaba dar datos biográficos e iba de incógnito o hasta
disfrazado al estreno de sus films.
Como en toda leyenda hay mucho de exageración -se lo puede ver en varios
retratos y brevemente en Tokyo Ga (1985),
el documental que el alemán Win Wenders le dedicó a la obra del japonés Yasujro
Ozu- , pero la mayoría es verdad y definitivamente eso ha afectado su llegada a
grandes públicos.
Aunque no pudo evitar un encontronazo, si no con la fama al menos con una
cierta notoriedad y el respeto de la crítica, diez años después de comenzar su
carrera cinematográfica con La jetée (1962).

Un cortometraje de ciencia ficción -el titulo original juega con los
significados “La plataforma” y “El lanzamiento”- concebido como un montaje de fotografías
en blanco y negro acompañado por un relato en off, que años después fuera
versionado -o traicionado- con éxito por el británico Terry Gilliam en 12 monos (1995).
Escritor, docente del Institut des Hautes
Etudes Cinématographiques de Paris, pero sobre todo fotógrafo y cineasta, fue calificado atinadamente como
“investigador” por su colega, compañera en el grupo Rive Gauche y vieja amiga
Agnes Varda. Porque fue su curiosidad intelectual no exenta de poesia la que lo
llevo a realizar reportajes fotográficos y rodar documentales -sus temas
recurrentes fueron los movimientos políticos, los artistas, las mujeres y… los
gatos- durante casi setenta años de carrera prolífica.
En las últimas décadas se interesó por las nuevas tecnologías, incursionando en
la video-instalación, abriendo su propia página web y provocando cierto
escándalo al declarar, que no le molestaba que piratearan sus materiales ya que
en el pasado hizo lo mismo con el de otros.
Un talento, que a pesar de su reciente deceso -el 29 de julio en que cumplía 91
años- deja obra a descubrir.