En los primeros minutos de la comedia, mientras Domenico
Modugno canta “Nel blu dipinto de blu“, se establece que además de ser una ciudad histórica con mayúscula, Roma genera todo tipo de historias e inmediatamente se
pasa a contar cuatro de ellas.
No son episodios propiamente dichos, sino dos líneas de relato locales y otras
dos estadounidenses desarrolladas en calles e interiores romanos.
A pesar de que la escritura es uno de los fuertes de Woody Allen -lo prueba el Oscar
obtenido por el guión de Medianoche en Paris (2011) el pasado febrero-, el nivel de las historias es desigual.
La del matrimonio neoyorquino -Judy Davis y el propio Woody Allen en su vuelta
a la actuación después de Scoop (2006)-, que viaja a la capital italiana para conocer al novio italiano de su
hija s, tiene los mejores diálogos e ingeniosas ironías sobre la creación artística
y el psicoanálisis, quizás porque quien reparte…, pero se repite en el chiste
del consuegro que canta en la ducha.
La de los provincianitos que llegan a Roma para pasar su luna de miel y
terminan enredados en confusas situaciones con una prostituta -Penélope Cruz
¡tratando bien la lengua de Dante!- y un actor que imita a Alberto Sordi,
parece anacrónico y extrapolado de una commedia all`italiana.
La del oficinista romano sin ninguna importancia -sic.- convertido en famoso de
prepo, acierta en su crítica al “celebritismo” y la superficialidad de los
medios, pero pierde fuerza con los aspavientos de Roberto Benigni.
No obstante el parecido con Vicky, Cristina, Barcelona (2008), la del joven
estudiante de arquitectura -Jesse Eisemberg- demasiado atraído por una
aspirante a actriz -Ellen Page- que es la mejor amiga de su novia es la mejor, porque
tiene las mejores actuaciones e introduce un atractivo juego de espejos sobre el
paso del tiempo -uno de los temas preferidos del director- con el personaje de
Alec Baldwin.
Esta nueva realización europea de Allen parece surgida de pasadas lecturas, del
cine italiano de los 60 -el encontronazo con la procesion remite inmediatamente
a su declarada admiración por Fellini- y de lugares comunes, más que de sus
vivencias en terrazze e ristoranti, las escalinatas de Piazza Spagna, el Foro y
otras escenarios paradigmáticos que ha mostrado con gusto y predomina un
liviano tono de “juego de visitas”, que fue denostado por buena parte de la
prensa anfitriona.
Quizás los encargos no se le dan tan bien a Allen y por eso, A Roma con amor luce
como un autógrafo garrapateado al descuido en el dorso de una postal del Coliseo.

Título original: To Rome with Love
Dirección
y guión: Woody Allen
Fotografía: Darius Khondji
Origen: USA, Italia, España – 2012
Intérpretes: Alec Baldwin, Judy
Davis, Ellen Page, Jesse Eisenberg, Penelope Cruz, Roberto Benigni
Calificación: Apta para todo público