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8 Minutos antes de morir
El joven oficial Colter Stevens despierta en un tren que se dirige a Chicago, mientras su último recuerdo es estar en medio de una violenta batalla en Afganistán. Una bomba estalla y arrasa con los pasajeros, el tren y todo lo que lo circunda.
Categoría: Cine

No es tan
evidente el interés de los espectadores por las tramas con paradojas
temporales, viajes o cruces en el tiempo; pero los productores de la industria
estadounidense deben creen que es mucho, porque menudean y al parecer van a
seguir haciéndolo.
8 minutos antes de morir -el “Codigo
fuente” original no le pareció suficiente a los distribuidores argentinos- es
un film de ciencia ficción ambientado en el presente o en un futuro cercanísimo
y centrado en el personaje del capitán Colter Stevens.
El joven oficial despierta en un tren que se dirige a Chicago, mientras su
último recuerdo es estar en medio de una violenta batalla en Afganistán. No
entiende cómo o por qué está allí y mientras lo averigua estalla una bomba que
arrasa con los pasajeros, el tren y todo lo que lo circunda.
No estoy transgrediendo la ley cinéfila que impide contar el final, porque esto
ocurre en los primeros minutos del film y en la siguiente escena reencontramos
al desconcertado Capitán en un lugar distinto. Allí, sus superiores le
comunican que ha sido asignado a una misión secretísima: hacer  varios viajes de ocho minutos -el tiempo
límite de un artilugio en desarrollo- al pasado, para averiguar la identidad
del terrorista que puso la bomba en el tren y amenaza con volar la ciudad de
Chicago completa en las próximas horas.
Un comienzo que atrapa la atención del espectador y lo obliga a compartir la
desesperación del protagonista -bien reflejada por Jake Gyllenhaal- por
conseguir salvar millones de vidas ajenas, la suya propia y la de la chica del
cuento.
Esta especie de Hechizo del tiempo
(Harold Ramis; 1993) dramático, Máxima
Velocidad
(Jan de Bont, 1994) sci-fi o Doce
Monos
(Terry Gilliam; 1995) cuerdo, es el segundo largometraje del director
británico Duncan Jones. Además de una reafirmación de su preferencia por el
género de ciencia ficción  y su capacidad
para lograr buenos resultados tanto de una escena de acción, como de panoramas
urbanos o diálogos cargados de emotividad. Aunque la tensión -esencial en este
tipo de film- se sostiene hasta el final gracias al guión del debutante Ben
Ripley.
Para objetar: los “outcomes” o comienzos sucesivos son demasiados -al menos
cinco- y por eso pasan de atractivos a irritantes. Y el clásico problema de las
idas, vueltas y revueltas en el tiempo, que van dejando hilos sueltos -como el
de la identidad final del protagonista, entre otros-. Pero afortunadamente,
esto se advierte bastante tarde y es atenuado por un desenlace no exento de
ironía respecto a los adelantos tecnológicos.

Título original:
Source Code 
Dirección: Duncan Jones  
Guión: Ben Ripley
Fotografía: Don Burgess  
Música: Chris Bacon   
Origen: USA, Francia – 2011 
Calificación: Sólo apta mayores de
13 años 
Intérpretes: Zack Gyllenhaal,
Michelle Monaghan, Vera Farmiga, Jeffrey Wright, Michael Arden.

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2011-07-11 10:01:00
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