Título original: 4 luni, 3 septamani si, 2 zile
Guión y dirección: Cristian Mungiu
Fotografía: Oleg Mutu
Origen: Rumania-2007
Intérpretes: Anamaria Marinca, Laura Vasiliu, Vlad Ivanov, Alexandru Potocean, Eugenia Bosânceanu
Calificación: Sólo apta para mayores de 18 años

Gabita y Otilia estudian en Bucarest; comparten habitación en el alojamiento universitario y se preparan para salir. Eligen ropa, compran cigarrillos y jabón en el mercado negro, pero estos arreglos triviales esconden un propósito inquietante: irán a un hotel y se reunirán con un abortero que “ayudarᔠa Gabita con su “problema” por un precio a concertar.
En 1987, dos años antes de la caída del dictador Ceausescu, tales actividades se penaban con cárcel, así que con cada paso las chicas se acercan a su objetivo y descienden a un infierno asordinado por el miedo y el gris de la ciudad.
Durante quince años el director rumano Cristian Mungiu deseó llevar a la pantalla la anécdota real en que se basa este argumento. Una perseverancia que le hizo ganar la Palma de Oro de la edición 2007 del festival de Cannes; el reconocimiento de la critica internacional y la posibilidad de seguir la serie de films llamados irónicamente “Relatos de la edad de oro”, dedicados a diferentes aspectos de la vida rumana durante el régimen comunista.
De allí que 4 meses, 3 semanas, dos días -el tiempo exacto de gestación de Gabita-, además de tocar sin morbo un tema tan controversial como el del aborto, difícil de encuadrar en la ley, la ética y aún las doctrinas religiosas; logra un retrato ascético de la chatura y el clima de sospecha general de la época. Signada por el autoritarismo y los arreglos miserables de que se servían los rumanos para mitigarlo.
El ascetismo del film no sólo radica en el guión y los diálogos mínimos, sino en los recursos visuales utilizados: “paleta baja”, tomas largas y pocos movimientos de cámara, que hacen contrapunto con la atmósfera de tensión casi palpable.
Muingiu también acierta al correr el foco del relato de la chica embarazada -que sería la protagonista natural- hacia su amiga jugada por amistad o solidaridad de género. Un capolavoro de la joven actriz Anamaria Marinca, con la cual el espectador va compartiendo tanto la angustia -memorable la escena del cumpleaños- como las crecientes dudas.
Un film duro y sorprendente que descubre una cinematografía hasta el momento desconocida.