La hora de los hornos está cumpliendo 40 años.

En las fichas técnicas de La hora de los hornos suele aparecer 1973 como fecha de estreno, pero ese fue el año del estreno oficial luego de que durante el fugaz interregno institucional de 73 a 76, se revocara la orden con que se lo había prohibido durante el gobierno de facto de Onganía. Pero este destacado film de la cinematografía argentina y latinoamericana, y arquetipo del documental militante se configuró y difundió muchos años antes.
Pino Solanas y Octavio Getino -realizador y guionista respectivamente- eran parte de “Cine y Liberación”, un grupo de jóvenes interesados por difundir sus ideas políticas y agitar mentes con sus films. Comenzaron a rodar “a pulmón” en 1964, y completaron el extensísimo metraje -el título de esta nota remite a su duración y estructura- dos años después, aunque agregaron sucesos posteriores como la muerte del Che.
Entre los años 66 y 68 se difundió clandestinamente en clubes y locales varios de Buenos Aires y el interior, incentivando a debatir en el intervalo de su diatriba contra el imperialismo de Estados Unidos.
Hasta que también clandestinamente la llevaron a Europa y la presentaron en el Festival de Cine de Pesaro de 1968 –Mostra Internazionale del Nuovo Cinema– en Italia. Donde provocaron la adhesión inmediata del público, sensibilizado por el reciente Mayo Francés, que llevó a sus realizadores en andas después de la primera exhibición, algo que provocó la inmediata represión policial. Esto trajo la atención de la prensa internacional, la difusión del film, y fue el espaldarazo para sus carreras posteriores.
También fue la razón por la cual Solanas y muchos de sus compañeros del grupo Cine y Liberación fueron perseguidos o debieron exiliarse a partir de 1976.
Rodado en blanco y negro, yuxtapone material de archivo, material original rodado con pulso nervioso, lemas, montajes recurrentes, conservando -desgraciadamente porque se habla de pobreza y abuso de poder- mucha actualidad, aunque la prédica machacante en off a veces suene ingenua.
Un verdadero clásico, que se puede conseguir en DVD.