Los mexicanos están viviendo un año de constantes conmociones sociales y políticas. Los efectos de la crisis capitalista en el país repercuten en la subida de precios en los elementos básicos y en la creciente desocupación. A ello se suman los cotidianos hechos criminales provocados por los poderosos cárteles de la droga, infiltrados en los propios organismos de seguridad. Después, se sumó el brote de la gripe A1H1, que afectó a la vital industria turística, con repercusión en miles de puestos laborales. En estos días, México ha sumado una nueva angustia: la que provocó el incendio en la Guardería ABC en Hermosillo, estado de Sonora, gravísimo suceso que dejó un saldo de 47 pequeños muertos y varios más heridos de consideración.

La sociedad civil reclama
Padres y familiares de los pequeños, recelosos de una administración que suele mostrarse lenta, ineficaz y no pocas veces cómplice de quienes incumplen normas y leyes, decidieron agruparse y conformar un movimiento. Desde su plataforma exigen una investigación profunda que establezca responsabilidades.
Su movilización y sus argumentos han logrado repercutir en algunos espacios judiciales. La fiscalía estadual de Sonora, emitió siete órdenes de detención contra funcionarios estatales, empleados de la secretaría de Hacienda, responsables de la operación de una bodega contigua al centro infantil, lugar donde al parecer se inició el siniestro. Por otro lado, la Fiscalía de México detuvo a cinco funcionarios del Instituto de Seguro Social de Sonora, por su probable responsabilidad en la muerte de los niños. Para el organismo judicial, los inculpados conocían las irregularidades y deficiencias de la guardería “pero no tomaron las acciones que les correspondían como servidores públicos”. Ahora las entidades oficiales implicadas, se cruzan imputaciones de responsabilidad.
El siniestro del 5 de junio comenzó en un fallo en el sistema de aire de la bodega contigua a la guardería, pero las llamas se propagaron rápidamente al centro donde estaban los pequeños a través del techo de material inflamable que se deshizo y cayó sobre los niños. Nada pudo hacerse para evitar que decenas de ellos perecieran quemados o ahogados por los gases de la combustión. Los pobladores de Hermosillo quedaron consternados, y realizaron manifestaciones reclamando justicia. La sociedad civil respalda decididamente al grupo de padres y familiares que piden que sean aclaradas las responsabilidades y se apliquen las sanciones que marca la ley. Mientras tanto, los médicos procuran salvar y recuperar a una veintena de criaturas sobrevivientes del incendio que se encuentran hospitalizadas.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info