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Un futuro incierto
El Amazonas tiene la mayor selva del mundo con un gran valor ecológico para todo el planeta, siendo definida como el pulmón de la tierra. La deforestación es uno de los grandes peligros que acecha al Amazonas.
Categoría: Ecología

El Amazonas tiene la mayor
selva del mundo con un gran valor ecológico para todo el planeta, siendo
definida como el pulmón de la tierra. Su biomasa es capaz de absorber inmensas
cantidades de dióxido de carbono, esto es vital para el clima mundial. La
deforestación es uno de los grandes peligros que acecha al Amazonas. La
conservación de la selva amazónica se ha convertido en un tema de extrema
urgencia en todas las reuniones mundiales sobre la conservación de la Tierra.


El Amazonas es el río más caudaloso y largo del mundo, con más de 6.800 km. Su cuenca
hidrográfica también es la mayor del planeta. Nace en las faldas del monte
Nevado del Mismi, en Arequipa (Perú) a unos 5170 metros de altitud.
Recorre Perú, Colombia y Brasil. Sin embargo su cuenca abarca nueve países:
Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana francesa y
Surinam. Su cuenca de drenaje es de 7.050.000 km2, que supone casi el 40% de
América del Sur.
El primer europeo, que navegó por el Amazonas, fue Américo Vespucio en el año
1499. Posteriormente Vicente Yánez Pinzón y Diego de Lope exploraron las islas
que forman su gran estuario.
El primer descenso del Amazonas desde la cordillera de los Andes fue realizado
por Francisco de Orellana en el año 1541. El primer ascenso fue en el año 1638
por parte del portugués Pedro Teixeira, quién siguió la ruta de Orellana y
alcanzó Quito a través del río Napo.
Su volumen de agua dulce es enorme, teniendo un promedio anual de 230.000 m3/s,
pero en épocas lluviosas alcanza hasta los 300.000 m3/s. El Amazonas vierte la
quinta parte de toda el agua dulce de los ríos del planeta en el océano
Atlántico. Es tal el caudal de agua que vierte en el océano que durante cientos
de kilómetros mar adentro el agua sigue siendo dulce. La salinidad del océano
Atlántico es notablemente inferior en un radio de varios miles de km alrededor
de la desembocadura del Amazonas.
La pluviselva amazónica se caracteriza por sus casi constantes lluvias
convectivas. El gran caudal de agua que el Sol evapora desde la superficie de
la cuenca del Amazonas asciende a gran altitud, precisamente por las corrientes
térmicas, hasta que, al llegar a zonas altas de la atmósfera, más frías, se
condensa en gotas y éstas casi inmediatamente se transforman, sobre la misma
cuenca, en copiosas lluvias, lo cual forma un ciclo natural de
retroalimentación hídrica.
Las lluvias estacionales provocan grandes inundaciones a lo largo de su cauce y
la de sus afluentes. La profundidad media en épocas lluviosas es de 40 metros y su anchura
media es de 40 km.
Está época de lluvias comienza en noviembre y llega hasta junio.

Afluentes
Algunos de sus afluentes se rigen por su propio sistema climático, así en
el río Negro, su estación de lluvias no comienza hasta finales de febrero o
inicios de marzo. En el río Madeira también su época de lluvias comienza dos
meses más tarde que en el río Amazonas.
El sistema fluvial del Amazonas tiene más de mil afluentes importantes,
veinticinco de los cuales superan los mil kilómetros de longitud. La red
fluvial supone más de 100.000
km de ríos que conforman la cuenca amazónica de la que
depende la existencia de la selva. El 50% de las precipitaciones en esta región
se producen a causa de este sistema forestal.
La mayoría de los pobladores de la región amazónica se concentran en la riberas
del Amazonas: Iquitos, Leticia, Manaus y Belem do Pará, que al mismo tiempo son
puertos y tienen una gran actividad económica. La mayoría de sus pobladores son
colonos y sus descendientes de origen blanco, mestizos e indígenas.
Las principales actividades económicas que se dan en la cuenca son; la
exportación de caucho y madera en cantidades ingentes, que están provocando una
gran deforestación y que si no se termina con ella, tendrá consecuencias
medioambientales irreversibles en todo el planeta.
Se construyó la carretera transamazónica que discurre un poco al sur del río,
casi de forma paralela. Tiene un recorrido de más de 5.000 km, y que ha
provocado grandes destrozos.
La pesca también es una actividad muy importante. La agricultura exporta
fundamentalmente la yuca, el plátano, el maíz y frutas típicas de la región.
El Amazonas tiene la mayor selva del mundo con un gran valor ecológico para
todo el planeta, siendo definida como el pulmón de la tierra. Su biomasa es
capaz de absorber inmensas cantidades de dióxido de carbono, esto es vital para
el clima mundial. La conservación de la selva amazónica se ha convertido en un
tema de extrema urgencia en todas las reuniones mundiales sobre la conservación
de la Tierra.
Es extraordinaria la biodiversidad de la selva amazónica en cuanto a la fauna.
Una quinta parte de las aves del mundo se encuentran en ella, existen más de
dos millones de especies de insectos y unas dos mil especies de aves y
mamíferos. Nos encontramos desde los insectos más pequeños hasta los grandes
mamíferos como el jaguar, el puma… Hay así mismo todo tipo de reptiles,
tortugas, caimanes… El mayor mamífero del río Amazonas es el manatí, con
apariencia de hipopótamo flotante, que llega a pesar unos 500 kg. Destaca también el
delfín rosado amazónico. Posee el mayor pez de agua dulce del mundo el
pirarucú, que alcanza los cuatro metros de longitud y los 200 kg.
En la selva amazónica existen más de 4.000 especies de mariposas, más de 3.000 clases
de peces de agua dulce. Bajo su gran frondosidad conviven diferentes hábitats y
la mayor diversidad genérica del mundo animal. La riqueza biológica se explica
porque durante millones de años el ecosistema amazónico ha permanecido inalterado.

Peligros
La deforestación es uno de los grandes peligros que acecha al Amazonas.
Está amenazado por actividades como la explotación maderera, la construcción de
carreteras por la que se sacan todas sus riquezas, los incendios y por la
roturación de la selva para la ganadería extensiva y la agricultura de tipo
industrial, principalmente para el cultivo de la soja destinada para los
biocombustibles.
Desde el año 1992, la selva amazónica ha perdido hasta el año 2004 más de
230.000 km2 por actividades humanas. La deforestación y los incendios en el
Amazonas son las principales fuentes de emisiones de CO2 en Brasil.
El río Amazonas y todo su entorno juegan, un papel muy importante en nuestro
sistema climático y en el ciclo del agua, ya que almacena grandes cantidades de
carbono, así como una parte muy importante del agua dulce del mundo. De ahí que
Estados Unidos intente continuamente su control, ante un futuro de escasez
mundial de agua dulce.
El Amazonas es al mismo tiempo víctima y verdugo, pues contribuye al cambio climático
por la deforestación y en consecuencia, sufre también su impacto. Si no se
toman medidas YA, nos encontraremos que esta impresionante selva, se vaya
convirtiendo en praderas y desiertos sino se toman medidas para detener la deforestación
actual.
La tala de árboles tropicales es continua y su finalidad es la exportación
(caoba, teca…). Así como otros árboles utilizados en la fabricación de muebles.
Este hecho viene acompañada de otras industrias relativas al uso de la madera
como materia prima, la industria papelera (aglomerado, cartonaje…), que precisa
de una masiva cantidad de árboles para la elaboración de la pasta papelera y
que provoca una gran contaminación atmosférica y un excesivo consumo de agua.
Los ganaderos exigen cada vez mayor cantidad de terrenos para apacentar su
ganado. Las tierras para el pasto se degradan rápidamente dado el bajo nivel de
gradientes que naturalmente posee el suelo amazónico y la sobreexplotación ganadera
que se produce en ellos.
Se calcula que sólo el 10% del suelo amazónico es apto para la agricultura. Su
bajo nivel de gradientes está en la causa de que la tierra se extinga después
de tres o cuatro cosechas consecutivas, así como la carencia de prácticas de
cultivo sostenible. El cultivo que se plantea es la producción industrial a
gran escala de la soja que después se utiliza para la producción de los
biocombustibles.
La zona del Amazonas vive una situación límite, debido a dos circunstancias,
por un lado, la sequía que sufre la
Amazonía que pone en riesgo la vida de la fauna y flora y de
los doscientos mil habitantes que viven de sus recursos naturales. Por otro
lado, la deforestación continuada a lo largo de los años. Sirva como ejemplo
que en el año 2004 fueron quemadas unos 26.000 km2 de selva amazónica.
Como consecuencia de este proceso de deforestación se está provocando un cambio
climático y hace que las lluvias sean cada vez más escasas, provocando largas
sequías. En el año 2004, sólo llovió el 40% de la media anual. El descenso del
caudal del Amazonas es una media de dos metros.
Muchos afluentes del Amazonas han descendido su caudal de forma alarmante,
provocando la muerte de millones de peces, paisajes desérticos y pastos que se
han empezado a pudrir, provocando la contaminación de las aguas.

El Amazonas y las presas
Como era de esperar, un río como el Amazonas, debía abrir el apetito de las
grandes constructoras y de las multinacionales de la energía eléctrica.
Dentro del Programa de Aceleración del Crecimiento propuesto por el gobierno de
Lula Da Silva, ha previsto la construcción de una serie de enormes embalses,
con lo que pretende estimular el crecimiento económico del país, mediante la
construcción de carreteras y de presas en la Amazonía brasileña. Se
prevé la construcción de 60 presas a lo largo de toda la cuenca del Amazonas.
El tamaño de estos embalses, amenaza con dañar y destruir amplias extensiones
de la selva. Provocando un gran coste social a los pueblos indígenas.
Los proyectos hidroeléctricos son los responsables de inundar grandes
extensiones de selva. La descomposición de la madera de la selva, hace aumentar
los gases invernadero de la atmósfera. Esta inundación de las presas produce
fuertes procesos de migración en el hombre y la fauna, provocando una gran
deforestación. (…)
Otro factor que tiene un gran coste es la contaminación cada vez más importante
que sufre el Amazonas. El envenenamiento por derrames, la contaminación debido
a los procesos industriales mineros y de papeleras y las aguas residuales sin
tratar, producen una gran contaminación que empieza a afectar a la
biodiversidad y al ser humano.
En la década de 1980 se desató la fiebre por el oro en Brasil, con su
descubrimiento en Sierra Pelada, que atrajeron a 250.000 mineros. Las prácticas
de la industria minera requieren liberar toneladas de mercurio al medio
ambiente, causando un daño irreparable a los ríos Amazonas y a su
biodiversidad.
Como vemos, el Amazonas es imprescindible para la vida del ser humano en
nuestro planeta y debemos luchar para que se acabe de una vez para siempre con
la deforestación, las presas y las practicas mineras, volviendo a regenerar y
dar esplendor a la cuenca amazónica para que vuelva a hacer la función esencial
del mantenimiento del planeta.

Fuente: Ecoportal.net



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2011-07-18 09:42:00
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