Organizado por el Centro de Estudios para Políticas Regionales (Cedpre) y el apoyo de la Unión de Obreros Metalúrgicos, se están llevando a cabo jornadas de estudio, capacitación y participación sobre la historia del movimiento obrero y su futuro. El objetivo trazado no es otro que ayudar a la formación de ciudadanos que piensen y participen en favor del bien común y de un país donde la dignidad, la solidaridad, la justicia y la paz sean bienes que todos podamos disfrutar.
La iniciativa surge a partir de un grupo de personas que, cada vez que nos juntábamos para hablar de política gremial, terminábamos la charla con muchas ideas y con pocos hechos. Un día coincidimos en comenzar a estudiar seriamente la historia del movimiento obrero. Ahora bien, ¿por dónde empezábamos? No debíamos olvidarnos de las primeras grandes luchas (Talleres de Vasena) ni tampoco de las sangrías del norte del país (con los hacheros) y de las masacres del sur. Así fue que nos acordamos de la gran película de Leonardo Fabio, “Sinfonía del sentimiento”. Sobre esa base, realizamos la convocatoria.
Hemos hecho las primeras reuniones en forma quincenal, en dependencias de la UOM, Vieytes 575. Después de observar unos 40 minutos de “Sinfonía del sentimiento”, el compañero Ricardo Vicente López, de probada capacidad y trayectoria en la materia, abre el debate en el rol de moderador haciendo una recorrida por la historia y refiriendo otras cuestiones de la doctrina peronista y la importancia de su aplicación en beneficio de nuestro país.
Nos ha sorprendido gratamente el interés con que un importante grupo de compañeros ha recibido esta iniciativa, siendo la mayoría de los asistentes jóvenes.
Me permito compartir algunas reflexiones: hoy los derechos que se reclaman parecen una utopía, pero resulta que hace 60 años fueron parte de nuestra Constitución Nacional (1949). Por eso repasar nuestra historia es un paso importante que debemos dar para conocer como estábamos y cómo se perdieron muchos de nuestros derechos.
Porque hoy en día no se trata de conseguir logros nuevos, se trata de que nos devuelvan los derechos que el sistema capitalista nos fue restando a lo largo de estos últimos 30 años.
Hoy nos parece normal ir a una sala médica, pero no debe ser así: las familias deberían tener su médico de cabecera.
Hoy nos parece normal tener un trabajo eventual, cuando lo legal es estar registrado y gozar de los derechos de todos los trabajadores.
Hoy nos parece normal no recibir capacitación, cuando la formación técnica e integral representa un crecimiento laboral y espiritual del trabajador que se ve reflejado en la producción y en la sociedad en su conjunto.
Hoy nos parece normal trabajar horas extras para incrementar el salario y así llevar más dinero al hogar, cuando deberíamos trabajar ocho horas diarias y percibir un salario suficiente para una vida digna.