El 5 de junio se celebró mundialmente el Día Internacional del Medio Ambiente. Así fue declarada por iniciativa de las Naciones Unidas esta fecha tan especial, creada -entre otras cosas- para fomentar la sensibilización de la humanidad sobre esta grave problemática, y promover la atención y la acción política y ciudadana al respecto.
Sin embargo, a juzgar por los hechos, hay una comunidad dormida, y una dirigencia benévola, en lo que respecta a las exigencias, mínimas requeridas, para las actividades industriales, que contaminan nuestro hábitat. Y es deber de todos cuidar el legado que la madre naturaleza nos ha dejado, para que las generaciones futuras tengan un lugar donde vivir.
El mundo necesita que el hombre entienda que el ser humano no es el dueño de los recursos naturales. Respetar la naturaleza y el medio ambiente es venerar el derecho a la vida, de todos los seres vivos.
La irresponsable administración de la tierra por el humano ha causado, y sigue provocando, la muerte de distintas especies animales, desastres climáticos, la desaparición de una gran parte de la vegetación mundial y lo que es aún más terrible, se ha convertido en la causa de numerosas enfermedades mortales, para el hombre.
Hoy en día en todas partes del mundo, así como en nuestra ciudad de Bahía Blanca, se llevan a cabo numerosas actividades industriales que ponen en peligro la salud, y el ambiente en el que vivimos.
Y si bien el progreso y la expansión no se pueden evitar, sí puede lograrse que las empresas dedicadas a este trabajo que tanto nos perjudica, y nos daña, comiencen a producir a conciencia y con responsabilidad, disminuyendo al máximo los impactos ambientales.
La producción limpia, el cumplimiento de las leyes y el compromiso con el cuidado responsable del medio ambiente, pueden ser una realidad, si logramos ponerla en marcha.
No podemos seguir financiando costos a los visitantes de turno, con nuestro aire, suelo, mar y salud.
Los días pasan, y esta carrera con el tiempo no para. Vivimos ocupados y preocupados por las cuestiones inmediatas, y quizás no estemos percibiendo que, silenciosamente, el flagelo de la contaminación nos acecha, y día a día nos quita un poquito más.

Por eso, conmemorando esta ocasión tan especial como es el Día Internacional del Medio Ambiente, queremos promover la acción y la lucha por el cuidado del mismo, para tener una mejor calidad de vida y salud. Todo esto en pos de las generaciones venideras, a las cuales es nuestra responsabilidad darles la posibilidad de crecer y desarrollarse, en un mundo limpio y libre de contaminación.
Una forma de crecer es reconocer errores. Realicemos pues, para comenzar un nuevo camino, con objetivos claros, un censo “limpio” de salud.