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Nunca tan solitarios
La versión de Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band que podía fallar y falló.
Categoría: Cine

La versión de Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band que podía fallar y falló.

El primero de junio se cumplieron 50 años del lanzamiento del álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de
The Beatles, una efeméride recordada en todo el orbe, subrayada por alguno de
los temas más famosos y el estreno europeo a modo de celebración del documental
It Was 50 Years Ago Today! The Beatles:
Sgt Pepper & Beyond
de Alan G. Parker.
Fue un álbum rupturista para la carrera de “Los Cuatro de Liverpool” en
particular y la música en general, que marcó los comienzos de la psicodelia -también
en lo estético- y del final del grupo, que para ese entonces estaba harto de
las giras y de su colaboración.
Todo eso y más se dijo en estos días, pero que hubo una película homónima se
pasó por alto, quizás porque desde el punto de vista cinematográfico no vale
mucho.
En 1976, el productor musical y cinematográfico Robert Stigwood tenía al menos dos
proyectos entre manos: el film disco Fiebre
de sábado por la noche
(John Badham; 1977) y aprovechar la compra de los
derechos de una treintena de temas de The Beatles.
La gran idea era hacer un musical que uniera esos temas en una especie de
ópera-rock, cuya trama terminó siendo así: Los herederos de la vieja “Banda de
corazones solitarios del Sargento Pimienta” la convirtieron en un grupo de rock
que tocaba feliz en su pueblito, hasta que los tienta un empresario codicioso,
los hace firmar un contrato leonino y pervierte su arte.
Los muchachos -interpretados por Bee Gees y Peter Frampton- cantan, sufren, aman,
pero llega el final feliz y un tutti con una cantidad de cameos impresionante, algo
parecido a la tapa del álbum original.
Bueno en los papeles, diría Carly Simon, aunque la realización fue más
complicada.
Los protagonistas no se aprendían o no sabían decir atinadamente sus líneas, la
estética era colorinche en lugar de psicodélica, el cuento simplón y el
resultado un largo clip incomprensible sin la narración off de George Burns.
Pero lo anterior no impidió que paseara por el mundo, porque para la fecha del
estreno -en 1979- los Hermanos Gibb eran un exitazo y arrastraron hordas adolescentes
a las salas y a las disquerías.
Bodrio que sólo resiste la visión en clave bizarra o nostalgiosa, vivamente
aborrecido por los compositores -no obstante las regalías cobradas-, de la que
apenas se puede rescatar la presencia veterana de Burns y algunas de las
versiones de los temas -el mismísimo George Martin se encargó de la producción musical-
como la de “Because” de Alice Cooper.

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2017-06-20 00:00:00
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