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Mejoras en un patrimonio de todos

El 27 de abril pasado la Biblioteca Rivadavia celebró un nuevo logro. Se inauguraron las remodelaciones y puesta en valor de las salas Juvenil y Daniel Aguirre y la adquisición de nuevo equipamiento informático para la consulta del Catálogo Bibliográfico.
Visitamos la Biblioteca y hablamos con Norma Bisignano, la directora de la entidad, para conocer en mayor profundidad la situación de una de las instituciones más importantes de la ciudad.

“Presentamos oficialmente a las salas Juvenil y Daniel Aguirre. En la primera los trabajos consistieron en pintura, pulido de pisos, cambiamos el mobiliario porque el viejo mobiliario de mesas a dos aguas, estaba destruido y escrito por los chicos durante décadas. Por eso pensamos que lo mejor era cambiarlo por mesas que permiten estudiar en grupos y dejan espacios libres en la sala para poder realizar actividades que antes por estar cargada de muebles era imposible. Tenemos prevista otra etapa de la obra, que consistirá en pintar las estanterías gracias a un subsidio de la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) que obtuvimos por el proyecto ‘Por más lectores 2009’ con la presentación de ‘Bajo las estrellas. 12 años de historias bonaerenses’”.
La sala Daniel Aguirre, que alberga las computadoras y se utiliza para muestras de arte, también fue pintada con el aporte de las firmas Codimat y Alba, mientras que la mano de obra estuvo a cargo de Omar Baigorria, encargado de maestranza de la Biblioteca que donó su trabajo para la institución. Otro trabajo fue el arreglo de los lucernarios de la sala, por los cuales se llovía el sector. Todas las mejoras se realizaron durante las vacaciones de enero de la entidad.
Los siete equipos de computación que están a disposición de los socios de la biblioteca en la sala Aguirre fueron adquiridos por un subsidio de la Cámara de Senadores Provincial, gestionado por el senador José Zingoni el año pasado.
“Con las nuevas computadoras pudimos comenzar a trabajar en la biblioteca con los procesos técnicos y la informatización del catálogo mediante el Catálogo Bibliográfico Informatizado (OPAC) que está disponible en internet, y que a partir de ahora está en las computadoras de la biblioteca con el mismo formato que la web”.

Convenios
Por otro lado, la presidenta de la Asociación Bernardino Rivadavia, doctora Hilda Selva Vázquez de Fortunato, firmó un convenio con el municipio a partir del cual se realizarán actividades culturales en la Biblioteca, auspiciadas por el Instituto Cultural.
El Auditorio Caronti también tuvo tu parte dentro de las mejoras “por medio de un subsidio del año 2008 tramitado por el senador provincial Santiago Nardelli, una suma de $ 7.000 que permitió la continuidad de las obras de realización de las plateas con cuero natural para no modificar la acústica del auditorio”.
Tampoco se podía modificar el estilo del sector, porque el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional mediante el decreto Nº 1.592 de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, debido a la riqueza arquitectónica del inmueble, su patrimonio bibliográfico, su hemeroteca y porque «dicho repositorio constituye un registro valioso de la evolución de las ideas sociales y políticas locales y del sur de la provincia de Buenos Aires», según consigna en sus fundamentos el decreto con fecha de 2 de octubre pasado.
Asimismo, en el marco de la Ordenanza Nº 12.600 la empresa Codimat donó un monto de dinero que permitió la compra de once carros de estanterías corredizas que tienen la característica de albergar una mayor cantidad de material, generar más espacio en el depósito y proteger mejor el material porque son plegadas, se cierran y evita que los libros se ensucien con polvo, que es una de las maneras por las cuales se deteriora el material.

“Por más lectores”
Este proyecto que presentó la Biblioteca consiste en cuatro actividades bimestrales a partir del libro “Bajo las estrellas. 12.000 años de historias bonaerenses”, de Roberta Iannamico y Alejandra Pupio.
El texto fue destacado con una mención en la categoría Cuentos 2009 por la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (ALIJA). También fue declarado de Interés Municipal y Cultural por la Municipalidad de Bahía Blanca y el Concejo Deliberante, así como de interés provincial.
La convocatoria “Por más lectores” tiene el objetivo de promocionar la lectura y ha hecho acreedora a la entidad local de un subsidio de la CONABIP para el año en curso.
La propuesta coordinada por Alejandra Pupio, Roberta Iannamico y Norma Bisignano, consiste en la realización de talleres de plástica, narración, arqueología y escritura sobre el libro mencionado: “Pensamos en trabajar con las adolescentes del Instituto municipal Cantilo, porque ellas ya tienen relación con la Biblioteca a través del convenio del Honorable Concejo Deliberante con la Biblioteca, por el cual ellas disponen de carnet de lectura para consultar material, son socias de la institución. Además, teníamos un cupo disponible y por medio de la propuesta del Instituto Cantilo, incluimos al grupo de adolescentes del Hogar de Día Sueños de Barrilete, que son chicos increíbles, que están muy estimulados”, explicó la directora.
El grupo que participa del proyecto ya tuvo la primer actividad, cuyo objetivo es fomentar la industria editorial y de autores locales, generar la reflexión sobre temas de la historia regional pasada y presente, y promover entre los adolescentes el interés en las prácticas de lectura y producción escrita.
“La semana pasada alteramos la programación original y aprovechamos el buen clima que había en la ciudad para hacer la primer actividad de plástica en el Museo de Arte Contemporáneo. La idea era que los chicos pudieran conocer y trabajar en ese espacio, y hacer una visita guiada para conocer el museo y la Bienal de Arte que justamente estaba en exposición. Los chicos se mostraron muy dispuestos y se engancharon con la actividad, pintando y trabajando con libros de arte contemporáneo y arte rupestre”, detalló Bisignano.
El momento de pintar y dibujar fue en la terraza del museo, donde el grupo -de entre 11 y 20 años- se entusiasmó con la actividad, quedando a la espera de un nuevo encuentro.
“Los mismos jóvenes son los que tienen que participar de las cuatro actividades y no va a ser abierto a otros chicos con la ilusión de consolidar el grupo y poder realizar una publicación con la Editorial Vacasagrada, una serie de cuadernillos con el registro de la producción de los cuatro talleres”.
Otra jornada de trabajo fue la recorrida por la manzana fundacional de la ciudad y la visita guiada por la Biblioteca con el objetivo de que los chicos conozcan el lugar donde trabajarán y comiencen a tener un sentido de pertenencia con la institución. Las próximas actividades serán narraciones, taller de escritura y arqueología, y de todas estas actividades se generarán exposiciones dentro del ámbito de la entidad.

Catálogo on line
El 16 de julio de 2008, en el aniversario 126 de la Biblioteca nacía un nuevo logro para la entidad, el Catálogo Bibliográfico que a puede visitarse en wwww.abr.uns.edu.ar o a través de la página de la Biblioteca que es www.abr.org.ar
Este trabajo de informatización se realizó con el programa CATALIS en formato MARC21, y fue diseñado por el licenciado Fernando Gómez. Para trabajar con él, el personal de la biblioteca se capacitó con profesionales de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional del Sur.
Desde la incorporación de las nuevas computadoras, dentro de la biblioteca se lo puede consultar sin necesidad de acceder a una conexión de internet.
“La búsqueda puede hacerse por autor, título o tema, incluso pueden consultarse revistas y diarios, además de conocer la ubicación dentro de la biblioteca, la disponibilidad y la cantidad de ejemplares del libro deseado”, explicó Claudio Fuhr del sector de informática de la Biblioteca.
Este sistema de catalogación internacional se aplica desde el año 1960 en países como Francia, España e incluso la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Por otro lado, con este sistema puede existir mayor comunicación con las demás bibliotecas de la ciudad, ya que ante la falta de un ejemplar y la consulta on line del patrimonio disponible en av. Colón, cada una de las entidades puede derivar a sus lectores.
“Este catálogo es moderno, de fácil acceso y permite realizar búsquedas no sólo de las obras del autor que buscamos, sino también toda la bibliografía donde se lo menciona o donde el autor realizó una participación”, detalló Fuhr.

Hagámonos socios
“A pesar de todas las mejoras y nuevos servicios que tenemos, seguimos perdiendo socios. El año pasado lamentablemente se dieron de baja casi 300”, comentó con preocupación Bisignano.
Por eso se invita a los bahienses a tomar conciencia de la importancia de la institución y del valor que tiene en cuanto al material con el que cuenta, por la historia que encierra en sus paredes y por lo que significa para la formación de los profesionales de la ciudad. Con una cuota mensual sumamente accesible se puede colaborar con la Biblioteca.
“También disminuyeron las consultas, pero creemos que se debe a que hay 18 bibliotecas populares trabajando maravillosamente en la ciudad y cumpliendo una función importantísima en cada uno de los barrios donde funcionan, lo que hace que el usuario elija el lugar más próximo a su domicilio”.
De todas maneras, el material con el que cuenta la Rivadavia no tiene par en la ciudad, puesto que hoy la Rivadavia es la asociación biblioteca popular sin fines de lucro más grande de Sudamérica, superada por bibliotecas tales como la del Congreso o la Nacional, aunque éstas se tratan de organismos que dependen del estado y no de sus socios, como es el caso bahiense.

Devolver los libros
Desde hace un tiempo un grupo de voluntarios está realizando la tarea de seguimiento de los ejemplares que no son devueltos a la Biblioteca.
Después de un llamado telefónico y una solicitud por carta, los voluntarios se acercan al domicilio del deudor, lo que ha permitido el recupero de más de 100 libros que de otra manera se hubieran perdido.
Lamentablemente, se ha debido dar de baja 180 ejemplares porque la persona que lo retiró se mudó sin registrar aviso.
“Por eso entregamos un mensaje de aviso, pidiéndoles que devuelvan el libro, porque a veces la gente no se da cuenta que un libro que no se entrega a tiempo es un libro que no puede leer otra persona, que no tenemos otros ejemplares iguales y que se trata de solidaridad y de respetar pautas institucionales”, determinó Bisignano.

La Biblioteca de 1930
La Asociación Biblioteca Bernardino Rivadavia se fundó en 1882 cuando Bahía Blanca era una aldea de 2.000 habitantes, la mitad de ellos analfabeta. Se creó a partir de la inquietud de un grupo de jóvenes de familias tradicionales de la ciudad, los únicos letrados que tenían libros en su casa y el hábito de la lectura.
Algunos de esos jóvenes eran Casanova, Caronti y Leónidas Lucero, que se reunían en lo que se llamó el Mentidero, un café en la calle Zapiola.
Por esos años apareció la Ley Sarmiento que reglamentó la creación de las bibliotecas populares. El sistema que se utilizó fue a partir del trabajo de los vecinos que dependiendo el aporte realizado, el Estado les otorgaba la misma suma para la compra de libros.
Así, comenzaron a delinearse las primeras hojas de esta historia. La sede fue cambiando de lugar, desde un espacio en la Municipalidad de Bahía Blanca, hasta una casa en Moreno 86. Ya para el año 1930 se inauguró el edificio de av. Colón 31, donado por Caronti.
La piedra basal del nuevo edificio se colocó en diciembre de 1927, habilitándose tres años después, en agosto de 1930.
La adopción del proyecto fue hecha por concurso, del que resultó ganador el arquitecto Ernesto Guiraud, a quien correspondió, además, la dirección técnica de la obra.

La hemeroteca
En 1883 Daniel Aguirre, el primer bibliotecario, decidió guardar los diarios del día y a partir de allí se conservan los 109 que hasta la fecha se registran como la cantidad de material impreso en nuestra ciudad.
“La gente no sabe que en la ciudad se imprimieron 109 diarios, 109 títulos que fueron contemporáneos del actual. Hubo más de 100 diarios en Bahía Blanca, porque en el siglo XIX no había radio ni televisión, entonces las campañas políticas se hacían a través del diario. Pero estos diarios no iban dirigidos al lector, sino a sus adversarios políticos, eran tribunas de expresión de ideas”.
De esta manera la Biblioteca tiene un registro de la evolución de las ideas del sur de la Provincia de Buenos Aires, como no hay en ningún otro lugar, esta colección es única y está bien conservada mediante microfilmes. Si bien el papel de diario tiene una vida útil de 60 años, existen microfilmes de diarios de hace 120 años, que han duplicado su vida útil, de ese material tan frágil que no es conveniente manipular, “además no todos los usuarios son tan cuidadosos como uno quisiera, a veces hay recortes u hojas arrancadas. Entonces, ahora los originales están preservados envueltos en papel libre de ácidos y se pueden consultar en microfilm”.
Otro de los servicios para los que quieran bucear en la historia microfilmada es la utilización del lector digitalizador, que permite mirar en la pantalla el diario y digitalizarlo para llevárselo en un CD.
También están a disposición diarios nacionales desde 1951, “incluso vienen investigadores de Buenos Aires porque les resulta más cómodo venir acá que hacer el pedido formal en las editoriales o en la Biblioteca Nacional”
Por lo mismo acuden investigadores de todo el país, incluso del exterior, originarios de España, Chile, Méjico, Canadá, alertados por la calidad del archivo y su exclusividad.

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2009-05-16 00:00:00
Etiquetas: Instituciones.
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