Spike Lee responde de nuevo a una
afrentosa secuencia de la cinematografía estadounidense.

En mayo pasado, Spike Lee presentó Blackkklansman
en la 71ª edición del Festival de Cannes.
Es la última de sus realizaciones y se basa en una investigación -mantenida en
secreto desde la década del 70- sobre las actividades del Ku Klux Klan, que además
de recibir una ovación de varios minutos y ganar el Grand Prix, levantó
polvareda durante las conferencias de prensa donde el director acusó al actual
presidente de su país de permitir el accionar de grupos supremacistas blancos y
neonazis.
Sin espoilear el contenido, el film incluye un inserto de El nacimiento de una nación
(D. W. Griffith; 1915), un clásico del cine silente por el uso de varias técnicas
innovadoras, pero que también incluye escenas donde se muestra a un grupo de
jinetes del recién formado Klan, que vestidos con túnicas y capirotes atacan a
esclavos libertos.
Unas imágenes que “la organización” ha usado, usa y celebra en sus rituales y
que no es la primera vez que se relacionan con su filmografía.
Como estudiante universitario Lee se horrorizó porque el film se estudiará en
clase sin cuestionar su racismo y eso lo llevó a expresar su descontento en uno
de sus trabajos prácticos.
Un cortometraje rodado en 1980 llamado The
Answer -La respuesta-, que proponía la historia de un director
afroamericano que recibe una propuesta millonaria del Klan para continuar ese
film.
Osadía que -según la leyenda- no fue bien recibida por sus profesores y casi le
cuesta una sanción.
Muchos años después ese pequeño trozo de material fílmico fue recuperado, se
puede encontrar online y prueba que la temática de la discriminación racial ha
sido una constante y un imperativo en la obra del director que retoma en su
nuevo film.
En el presente, a este tipo de títulos que exceden el mero entretenimiento les suele
costar conseguir un lugar en las carteleras y aunque hace poco fue estrenado en
el país se puede decir que es una excepción, probablemente debida a esta época del
año donde muchos films pasan y pocos quedan.
Paso breve, que al menos ha coincidido con el lanzamiento de la edición en DVD como
para quien se lo haya perdido.