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La gris estela de Petrobras en Argentina
Categoría: Ecología

 

La gris estela de Petrobras en Argentina
 
Por
Hernán Scandizzo * y Laura Calderón
 
Indagar sobre la actividad de Petrobras en Argentina no sólo es sumergirse en la maraña de ductos propios de la explotación de hidrocarburos sino que es adentrarse en una compleja red de relaciones comerciales y actividades donde no siempre el logo con colores de la bandera brasileña delatan la presencia de la compañía. La empresa no sólo se dedica a la exploración, explotación, refinamiento y comercialización de hidrocarburos sino también a la exploración, explotación, fraccionamiento, transporte y comercialización de gas; a la generación, transporte y suministro de electricidad; a la actividad química/petroquímica – producción de polipropilenos, estirenos, poliestirenos, elastómeros, monómeros de vinilo y fertilizantes – y además participa en fondos de inversión.
De esta manera, hablar de Petrobras en Argentina es hablar – en diferentes porcentajes de participación accionaria – de Mega S.A., Transportadora Gas del Sur S.A. (TGS), Refinería del Norte S.A. (Refinor) y Oleoducto del Valle S.A. – gas e hidrocarburos -; Pasa Fertilizantes S.A., Petroquímica Cuyo S.A. e Innova S.A. – química/petroquímica -; Transener S.A., Transba S.A., Yacylec S.A., Central Hidroeléctrica Pichi Picún Leufú, Hidroneuquén S.A., Genelba S.A., Edesur S.A. y Enecor S.A. –electricidad -, Compañía de Inversiones de Energía S.A. y Enron de Inversiones de Energía S.C.A. – fondos de inversión -. Su participación en estas y otras empresas configura un entramado de intereses con Repsol YPF, Dow Chemical, Chevron-Texaco, Pluspetrol, Grupo Dolphin, Endesa y un largo etcétera.
El objetivo de este trabajo no es desenredar esa maraña de relaciones y negocios – con sus derivaciones económicas, socioambientales, culturales y políticas – sino que hace las veces de vuelo de reconocimiento para descubrir la presencia de Petrobras en Argentina. Es por eso que se presentan sólo algunos de los escenarios en los que ella interviene y a los actores de algunos de los conflictos que sus operaciones generan. Y justamente por ser un primer acercamiento, el artículo es más de carácter descriptivo que valorativo: las afirmaciones que se deslizan hacen más a la coyuntura argentina y al accionar de las corporaciones en general que a la actividad específica de la compañía. El relevamiento de fuentes periodísticas y publicaciones del sector se realizó por medios electrónicos, también se hicieron consultas en algunas reparticiones estatales y entrevistó a funcionarios de gobierno y activistas ambientales y sindicales en las localidades de Bahía Blanca e Ingeniero White – sur de la provincia de Buenos Aires.
Sólo cabe mencionar que como telón de fondo de los diferentes escenarios aparece un Estado en franca retirada que le permite a ésta – y a las corporaciones en general – ocupar los espacios que deja. En este marco las corporaciones adquieren legitimidad no sólo para ‘autocontrolarse’ tanto en términos económicos como ambientales – ausencia o laxitud de los mecanismos de fiscalización y sanción –  sino también para inmiscuirse en áreas tan caras – y ajenas a sus fines –  como son la salud, educación y gestión cultural. 
 
El Desembarco
La compañía inició sus actividades en Argentina en 1980 como un operador de trading en petróleo, y a partir de los ‘90 tomó una participación más activa con tareas de producción de gas en la UTE Aguaragüe (Salta); la perforación del pozo exploratorio San Julián (Santa Cruz) y prospecciones en la Cuenca Neuquina – que comprende casi la totalidad de la provincia de Neuquén, el oeste de Río Negro y La Pampa y el suroeste de Mendoza. 
En el 2000 la Comisión de Defensa de la Competencia y la Secretaría de Energía de la Nación demandaron a Repsol YPF que se desprendiera de parte de sus activos, debido a su posición dominante en el mercado. Fue en este marco que en julio la compañía española concretó un enroque con Petrobras, la primera logró sentar sus reales en Brasil y a cambio la brasileña aumentó la presencia al otro lado de la frontera: tomó el control de una refinería en Ingeniero White (Bahía Blanca) y de 660 estaciones de servicio de la firma EG3 – equivalente a una participación del 10% en el negocio del combustible. Este intercambio no significó ni propició la ampliación de la libre competencia sino que materializó una alianza estratégica – en el contexto de concentración  oligopólica del mercado energético argentino – palpable en emprendimientos como MEGA S.A. y Refinor S.A.   
Dos años después adquirió Petrolera Santa Fe, subsidiaria de la estadounidense Devon Energy Corporation. Y consolidó su posición en octubre de 2002 al comprar al grupo energético argentino Pérez Companc las empresas Pecom Energía y Petrolera Pérez Companc. Así tomó el control de la compañía de energía independiente más grande de Latinoamérica, cuyas actividades incluían producción y transporte de petróleo y gas, refinación y petroquímica, generación, transmisión y distribución de energía; y operaba en Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador. “Luego de adquirir Petrolera Santa Fe y Pecom Energía, los negocios de la estatal brasileña fuera de su país crecieron exponencialmente, sobre todo en la Argentina”, destacó la revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química por esos días.[1][1]
En 2005 Petrobras anunció que desembolsaría en el país aproximadamente US$ 250 millones, anuncio de inversión anual que sólo fue superado por Repsol YPF y Pan American Energy.[2][2] En declaraciones al diario Clarín, el director general de la petrolera, Alberto Guimaraes, destacó que en el período 2004/2007 destinarían US$ 1500 millones para sus operaciones en Argentina, el 56% de los cuales estaría enfocado a la exploración y producción de gas y petróleo.[3][3]
Recientemente la compañía fue favorecida con la adjudicación de los bloques off shore CAA 01 y CAA 08. Según el periódico EcoDías de Bahía Blanca,
en el primer trimestre del año Petrobras ganó $122 millones (aproximadamente US$ 42,36 millones), un 48% más que las utilidades registradas durante el mismo período del año 2004. Según este medio, una de las causas aducidas por la empresa es el buen desempeño en el negocio de refinación.[4][4]
 
La Olla que No Derrama

Uno de los eslóganes más repetidos en los últimos años es que la ‘inversión privada’ genera empleos genuinos y que la mayor rentabilidad de una empresa, tarde o temprano, se traduce en beneficios para sus trabajadores: la vieja teoría liberal de la olla que derrama. Pero así como vieja y conocida es esa teoría, viejo y conocido es su escaso anclaje en la realidad.
En declaraciones a EcoDías el secretario general del Sindicato Petrolero y Gas Privados de Bahía Blanca, Gabriel Matarazzo, sostuvo: “pese a esta situación (aumento de la rentabilidad de Petrobras), esta empresa (…) persiste desde el año 2001 en su actitud de dilatar la discusión por la renovación del convenio colectivo de trabajo (…), o lo que es peor aún, intenta permanentemente introducir en el mismo cláusulas que contemplen flexibilización laboral, multifunción y tercerización del mantenimiento de la refinería, a sabiendas que esto sólo generará más desocupación, hambre y miseria”.[5][5]

En esa línea de oposición a las políticas de flexibilización promovidas por la empresa, en marzo de 2004 los trabajadores de la refinería se alzaron contra la implementación de un sistema de gratificaciones. Por entonces Matarazzo afirmó que la aplicación de propuesta conlleva serios peligros: “Creemos oportuno advertir que la operación de una refinería de petróleo genera riesgos no sólo a los trabajadores sino a la sociedad toda, que todos los trabajos se realizan en equipo por lo que incentivar de modo impropio el individualismo so pretexto de ganar un premio, que en algún caso puede alcanzar la suma de $5000 (aproximadamente US$ 1700) contribuirá a que algún trabajador adopte acciones temerarias a fin de mostrarse por sobre el resto generando riesgos para los trabajadores y obviamente con consecuencias a la población”.[6][6]
En agosto de 2004 Matarazzo volvió contra Petrobras, en esa oportunidad se refirió a los trastornos en la salud ocasionados por la aplicación del modelo de turnos rotativos. “Vemos con mucha preocupación como gente con un promedio de edad bastante joven (35 años) ya se están viendo afectados por el turno rotativo. No me cabe ninguna duda que debemos conseguir que estos turnos sean más espaciados en el tiempo con menor cantidad de horas. Hay que reconocer que la legislación se lo permite, es decir que el cambio tendría que ser más profundo. Nosotros le estamos pidiendo puntualmente a Petrobras que en lugar de tener cuatro turnos de ocho horas cada uno, tener cinco turnos, ya que al haber más cantidad de gente con el tiempo permitiría que hubiera más tiempo franco. En definitiva, la gente en el mes terminaría trabajando menos horas y por lo tanto le podría dedicar más horas al descanso, con lo cual ayudaría a superar el trastorno metabólico que ocasiona el trabajo nocturno.’[7][7]
En esa oportunidad el dirigente petrolero también apuntó contra la política de tercerización aplicada por la empresa. “Principalmente en lo que hace al mantenimiento de todos los días, donde es uso y costumbre que estas empresas contraten a otras empresas externas a la propia refinería – obviamente mano de obra más barata – que compite de manera desleal con el mantenimiento efectivo propio de nuestros propios afiliados. Esta es una problemática muy importante que es histórica en la actividad, que tratamos de combatirla con denuncias en el ministerio, con discusiones a través de convenios, otras veces con medidas de fuerza.”[8][8] (Si bien las declaraciones Matarazzo se acotaban al reclamo sectorial, los alcances de la tercerización exceden ese marco. Recientes incidentes producidos en instalaciones de la compañía fueron atribuidos – off the record – a la contratación de personas no idóneas para realizar las tareas de mantenimiento.)
Las malas condiciones laborales también fueron denunciadas por trabajadores empresas contratadas por Petrobras. Según da cuenta un reportaje publicado en el diario Río Negro empleados de Baker Hughes Centrilift – firma dedicada al mantenimiento de equipos de bombeo – denunciaron “una peligrosa fisura en las medidas de seguridad industrial de Pecom Energy durante más de un año, ahora perteneciente a Petrobras”. Las declaraciones fueron formuladas cuando aún perduraba la conmoción generada por  la explosión de dos tanques de combustible en yacimientos de Challacó y Plaza Huincul, ubicados en el centro de la provincia de Neuquén.[9][9]
En octubre de ese mismo año se supo que tres empleados de la empresa de perforación y montaje Pride fallecieron accidentes ocurridos en el yacimiento Medanitos, que explota Petrobras en el límite de las provincias de Río Negro y La Pampa. Tiempo antes el mismo diario había dado cuenta de la denuncia realizada por la familia Morales, que vive de la cría de unos pocos animales en el paraje Medanitos. Los pobladores afirmaban que la compañía brasileña no protege debidamente sus instalaciones a fin de que los animales no sean afectados por los hidrocarburos o – como pasó días atrás- con electricidad, cuando al menos dos animales en distinto momento, murieron electrocutados al tocar una columna metálica que sostiene un transformador”.[10][10]
 
Derrames de la Olla

En abril de 2004 Fundación Patagonia Natural, Ong ambientalista con sede en Trelew (Chubut), realizó un relevamiento en el yacimiento Medanitos, dos meses después difundió un informe en el que aseveraba: Existen 7 piletas de acumulación de hidrocarburos en las baterías 1, 2, 3, 4, 6 y 7. (…) En el pozo 1536 se observó suelo con petróleo. Existe un principio de remediación, pero el petróleo fluye a la superficie cada vez que llueve, muestra de que el saneamiento no ha sido adecuado. Se observan montículos de suelos con hidrocarburos en muchos lugares de la zona.
Se trata de una zona inundable, con suelos arcillosos que generan cárcavas y cañadones por erosión hídrica. Toda la zona tiene un buzamiento positivo hacia el río Colorado, por lo que la fragilidad de este sistema debería ser tenida en cuenta en cada uno de los accidentes más o menos serios que se producen por la misma actividad.
Las dos piletas al lado de las baterías 4 y 9, permanecen sin espanta pájaros y con alambres que  permiten el ingreso entre ellos, de fauna terrestre pequeña.
El repositorio o zona de sacrificio con residuos hidrocarburados, permanece sin alambres en parte del predio. Se trata de un predio con una concentración elevada de hidrocarburos y suelos empetrolados. Se desconoce si los fondos de esta zona están debidamente aislados para evitar el lixiviado de hidrocarburos hacia napas subterráneas o al río. Igualmente se desconoce si existe en la actualidad algún mecanismo de saneamiento o remediación de estos lodos.
Se observa un cañadón con hidrocarburos muy  intemperizados. Es una manifestación de antiguos derrames con poca intervención humana para su saneamiento. Queda claro que los hidrocarburos que no se observan en el lugar han migrado hacia el río durante las lluvias.
Existen actualmente unos 345 pozos en producción.
Se observa la construcción de un pozo para ubicar el petróleo que resta de la reparación de una cañería. Sin embargo, aunque el pozo se encontraba vacío, sus paredes están impregnadas en crudo. La tierra que se extrajo puede volver a tapar el pozo, pero se debería retirar previamente la tierra impregnada de petróleo del pozo para evitar que éste fluya nuevamente a la superficie. Esta puede ser una práctica habitual de las empresas encargadas del saneamiento, pero queda claro la necesidad de una auditoria para la confirmación de la mitigación del impacto ambiental.
El pozo 1004 se encuentra – por ejemplo – sobre el borde del faldeo de la barda. Los cañadones que se generan por esta pendiente, pasan muy cerca del pozo, con el peligro de arrastrar residuos de HC hacia el río.
La zona se explota desde hace unos 40 años. En pozos cerrados, se puede observar – en una calicata generada naturalmente por erosión hídrica – las capas subsuperficiales saturadas de hidrocarburos, muestra de una antigua mala praxis en el manejo de los mismos. Este petróleo ha fluido naturalmente al río.
(…) Existe un repositorio de lodos no contaminados. No se sabe si estos repositorios están sometidos a análisis químicos de su composición cualitativa y cuantitativa.”[11][11]
La situación descripta por la Fundación Patagonia Natural tiene puntos de contacto con lo que acontece en la refinería de Bahía Blanca. Hernán Zerneri, presidente de la Asociación Ambientalista Unión 20 de Agosto, sostuvo que en febrero de 2003 comenzaron a investigar la posibilidad de que residuos depositados en un landfarmming no estuvieran debidamente aislados y que compuestos tóxicos decantaran hacia la ría. “Corroboramos que se estaba contaminando el lecho de ese canal pluvial, tomamos unas muestras, las llevamos a la Fiscalía. Motivo suficiente como para que la Fiscalía nos llame y nos diga: ‘Salió la orden del juez, vamos a tomar muestras’. Se sacaron las muestras y esto fue a La Plata para ser analizado por Prefectura (Naval), pero la Prefectura tuvo un problema con las muestras y se perdieron… La empresa ya se había enterado de todo esto, entonces aceptó cerrar ese landfarmming.”[12][12] La remediación de ese incidente llegó a mediados de 2004 a través de un acuerdo informal, sin que la Justicia se pronunciara y sin que se determinaran responsabilidades por la desaparición de las muestras.
Este no es el único hecho que tiene como protagonista a Petrobras, según Néstor Ortega, Subsecretario de Gestión Ambiental de Bahía Blanca, “alrededor del 40% de las denuncias que recibe el municipio son por problemas de olores y un buen porcentaje viene de la refinería (Debido a que mayormente la dirección del viento orienta la pluma de dispersión de los contaminantes, por la antorcha y por las piletas de tratamientos de efluentes líquidos, hacia las zonas pobladas). Ellos tienen que hacer un plan de inversiones en lo que respecta a (la eliminación de) los olores azufrados”.
Más allá de los olores la empresa protagonizó en 2005 otros eventos – pérdidas en cañerías – que le significaron la clausura temporal por deficiencias de mantenimiento. El funcionario municipal reconoce que la refinería es antigua y que ‘las cañerías están muy viejas’. “Ahora están embarcados en un proceso de modernización bastante grande de la planta, la Secretaría de (Política Ambiental de) la provincia (de Buenos Aires) le ha hecho un cronograma de toda una serie de reparaciones que tiene que hacer.”[13][13]
En mayo Petrobras derramó a la ría 350 litros de fuel oil, ese incidente fue el último que adquirió carácter público pero no se descarta que otros puedan haberse producido a la fecha. Mientras los hechos no superan los límites de la planta el Comité Técnico Ejecutivo – órgano municipal fiscalización y contralor – no interviene, sólo lo hace cuando la empresa los comunica.[14][14] En muchos casos son los trabajadores – no sólo de la compañía brasileña sino de las diversas empresas del polo petroquímico de Ing. White – quienes avisan al sindicato, organizaciones ambientalistas o a las autoridades locales de los ‘eventos’ y permiten que estos atraviesen el cerco perimetral. 
 
Derrames Fuera de Foco

El 16 de septiembre de 2004 un camión cisterna de Petrobras que transportaba 35 mil litros de MTBe hacia la refinería de Bahía Blanca se accidentó en la ciudad de Bolívar – centro de la provincia de Buenos Aires – y volcó 17 mil litros del producto. Al día siguiente medios de prensa bonaerense dieron cuenta de la espectacularidad del procedimiento realizado por un grupo especial de bomberos. También se mencionó el pánico que generó en la población el vuelco de ese compuesto tóxico y volátil, pero justamente esas propiedades del químico no ocupaban el centro de la nota.
Días más tarde la prensa comentó que el MTBe es un aditivo altamente corrosivo utilizado en la fabricación de combustibles, pero muy poco se dijo de sus atribuciones carcinogénicas. También se informó sobre la realización de una excavación de aproximadamente 50 metros cuadrados por medio metro de profundidad a fin de remover la sustancia derramada. Según el diario local La Mañana “la petrolera brasileña procederá a reemplazar la porción de suelo retirado por uno de similares características, y el contaminado será enviado a un catador de residuos especiales habilitado por (la Secretaría de) Política Ambiental”.[15][15] De las posibles filtraciones a las napas freáticas, debido a la alta solubilidad del producto, se habló muy poco, al igual que de la probable construcción de una planta potabilizadora de agua. El accidente quedó circunscripto a Bolívar, en ningún momento se hizo eje en por qué Argentina es uno de los pocos países americanos – el otro es y Venezuela – que no legisla sobre ese compuesto.
Del ‘suceso’ volvió a hablar el periódico electrónico local en agosto pasado, oportunidad en que Petrobras organizó una jornada sobre materiales peligrosos en el Salón Rosa de la Municipalidad de Bolívar. A tono con el salón fueron las declaraciones de Cintia Bruno, coordinadora de contingencias de la empresa, a La Mañana que “es normal que Petrobras salga a hacer estos cursos, la empresa trabaja mucho bajo el concepto de responsabilidad social y tiene muchos trabajos que se relacionan con la comunidad”. En la crónica no se hizo referencia a si el derrame comprometió la calidad del agua de Bolívar, otros aspectos más relevantes se destacaron: “La jornada arrancó alrededor de las 9 de la mañana y se extendió hasta las 18 horas. Hubo un break a media mañana para desayunar y otro al mediodía para almorzar. También pararon a media tarde cuando se sirvió una especie de merienda, todo a cuenta de Petrobras”.[16][16]
 
Derrames Judiciales

En julio las comunidades guaraní Caraparí y El Acenal, en el departamento San Martín (Salta), retuvieron 119 caños que las empresas Refinor S.A. y Conta S.R.L. utilizarían en el tendido del gasoducto Pocitos-Campo Durán. Ante esta acción Refinor S.A. presentó un recurso de amparo – al que dio lugar el Juez Federal Miguel Medina – donde argumentaba que la continuidad del bloqueo agravaría la crisis energética argentina, ya que la obra permitiría importar gas desde Bolivia. El magistrado exhortó a las comunidades a “allanarse de realizar cualquier acto o acción que impida, dificulte u obstaculice el ingreso de la empresa bajo el apercibimiento de desobediencia judicial»[17][17], y poco después ordenó la intervención de Gendarmería Nacional para neutralizar la resistencia guaraní.
Desde hace más de un año el Consejo Comunitario denuncia que las compañías – con el apoyo de las autoridades provinciales – comenzaron las obras obviando su oposición. Las comunidades afirman “que el magistrado federal defiende los intereses de las multinacionales desconociendo los derechos indígenas” y que las empresas “nunca advirtieron verdaderamente sobre el tamaño de las obras, cuánto terreno quedaría inutilizado, cuántas tierras de cultivo y casas de familia serían destruidas, los consecuentes impactos” – como lo establece el Convenio 169 de OIT y la legislación nacional vigente. Los guaraní advirtieron en julio pasado que el gobernador Juan Carlos Romero – ex candidato a vicepresidente de Carlos Menem – realiza maniobras tendientes a generar divisiones en las comunidades afectadas y presiona para que firmen convenios que no responden a las decisiones tomadas en asambleas comunitarias.[18][18]
Pero el conflicto no se circunscribe a esas comunidades, también la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) de Gral. Mosconi ha sido objeto de constantes represiones – ordenadas por los jueces federales Medina y Abel Cornejo – en su lucha para que las petroleras llegadas a la región – entre ellas Refinor S.A. – absorban al personal cesanteado durante el proceso de ‘racionalización’ de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales. La organización de desocupados en múltiples oportunidades denunció que los poderes estatales actúan en función de los intereses petroleros y llevan adelante una férrea política de criminalización de la protesta social. (Ejemplo de esta situación es José Pepino Fernández, referente de la UTD, quien carga sobre sus hombros con más de 80 causas judiciales.)
No solamente en Gral. Mosconi las organizaciones de desocupados demandan a las petroleras la creación de puestos de trabajo y obtienen como respuesta la represión y posterior judicialización. A fines de 2002, en el marco de un plan de lucha nacional lanzado por numerosas agrupaciones piqueteras para exigir la generación de empleos, el Movimiento Territorial de Liberación, la Corriente Clasista y Combativa, el Polo Obrero y Bahía en Lucha acamparon en las inmediaciones de la refinería EG3 de Bahía Blanca – aún no había cambiado su razón social. La acción constó en el bloqueo de tres de sus cuatro accesos, la protesta culminó dos días después con una violenta represión policial, detenciones masivas y 55 personas procesadas.
A contra pelo de lo descripto, desde hace varios años la comunidad tehuelche Kamusu Aike, en Santa Cruz, intenta que la justicia provincial dé curso a sus denuncias contra Petrobras. Los indígenas, cuyo territorio hace más de 70 años les fue reconocido como reserva por el Estado, debieron recurrir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que le allanara el camino a los tribunales locales. Hace más de un año el juez de Río Turbio, Luis Tomy, hizo lugar a las presentaciones – donde se denuncia la destrucción de un cementerio y la apertura de piletones y tendido de gasoductos en un espacio ceremonial – pero según declaraciones de allegados a la comunidad, la instrucción no avanza con la celeridad que el caso requiere.[19][19]
 
Cultura Petrobras
Durante la década del ’90, y al igual que el resto de los países de la región, Argentina aplicó las recetas neoliberales surgidas del Consenso de Washington. La liberalización de la economía y la privatización de las empresas públicas resultaron la manifestación más violenta de un proceso que caló profundo en el tejido social. La abrupta retirada del Estado – al desentenderse de sus obligaciones – dieron lugar a que paulatinamente las empresas privadas comenzaran a ocupar el ámbito de lo público. Esta ocupación, que confunde los ámbitos de competencia, no es ni fortuita ni marginal sino producto de una cuidada ingeniería de intervención comunitaria – cuyo objetivo no es la mera promoción de sus productos sino la construcción de legitimidad.
La bandera más agitada de y por Petrobras a través de sus estrategias de marketing no es la calidad de sus productos sino su “responsabilidad ambiental y social”. Según el mensaje institucional ‘eso’ es lo que más le interesa a la empresa. Su nombre no sólo aparece en centros de expendio de combustibles y lubricantes, también se lo ve en auspicios de taquilleros espectáculos para niños y adultos, en una feria internacional de libros o en muestras de artes plásticas. Su nombre ya no sólo es asociable al estruendo de un motor en competencias automovilísticas, sino también a la camiseta de uno de los equipos ‘grandes’ de fútbol. Estaciones de servicio temáticas, con reproducciones plásticas de especies en vías de extinción en su hábitat natural y de pueblos originarios congelados el tiempo; hospitales rodantes que acercan ‘salud’ a la comunidad; centros comunitarios para niños y jóvenes en situación de marginalidad; asociaciones de deportistas con capacidades diferentes. Su nombre está en cada uno de esos lugares, ella está ahí, en la restauración de un emblemático teatro público, en la edición de un diccionario de autores argentinos.
 “Todas las empresas del polo, empezando por Petrobras – que es la que inicia el cerco contaminante – hasta terminar con Cargill y Profértil, vuelcan su publicidad en las escuelas. Van y ofrecen la pintura para el frente, un par de vidrios de reposición, la remerita para los pibes, un cuadernito… con eso lavan su imagen ante nosotros – se queja Roberto Gavilán, Secretario de Acción Social Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA)Bahía Blanca. Hasta hace un par de años atrás era muy difícil hacerle entender eso a los compañeros de las escuelas. Nos costó mucho tiempo no sólo vencer la entrada de esa guita sucia sino además recuperar el canal normal de mantenimiento de las escuelas, que es el Consejo Escolar. Te hablo de mantenimiento, nada más, ni hablar en cuestiones de computadoras, de libros… es terrible, porque ahí te meten mucha guita. Lo que para nosotros es mucha guita para ellos es vuelto.”[20][20]
La escena se repite en otro escenario, ubicado varios cientos de kilómetros al noreste, en la provincia de Santa Fe. “San Lorenzo – Cursos de gestión educativa” tituló el diario Sin Mordaza, de San Lorenzo, y sostuvo en el cuerpo de nota:
Para ello la empresa petrolera (Petrobras) se unió a Agora Ludus, una ONG conformada por un grupo de profesionales en el campo de la educación que realiza este proyecto que apunta a promocionar la riqueza del encuentro lúdico en las escuelas para resignificar el valor social de su incidencia en la comunidad. (…) Este evento organizado por Petrobras y que cuenta con la colaboración y el auspicio de las municipalidades de San Lorenzo y Puerto General San Martín no es el primero que se realiza, dado que la empresa petrolera se ha dispuesto una política de compromiso e integración con la comunidad desde su llegada a la región”[21][21]. La compañía brasilera posee en la zona – San Lorenzo/Puerto Gral. San Martín – una planta de producción de fertilizantes, otra de estirenos y un centro para el abastecimiento de combustible a navíos.
De regresio al sur bonaerense, en Ing. White no sólo funciona la destilería de Petrobras sino otras plantas, como las de Dow Chemical, Solvay-Indupa y Repsol YPF-Agrium. En agosto de 2000 se produjeron dos escapes tóxicos, uno de cloro – en la planta de Solvay-Indupa – y otro de amoníaco – en Profértil, de Repsol YPF – Agrium. A partir de ese momento, los vecinos de la localidad desarrollaron fuertes protestas: unos pedían la erradicación del polo, otros, la de los barrios cercanos a él; y también fuerte control sobre las actividades de las empresas. Una docena de vecinos consultados en septiembre pasado coinciden que a partir de ese momento las coporaciones, a través de la Asociación de Industrias Químicas, desarrollaron un marcado trabajo de inserción comunitaria. A cinco años de los incidentes las críticas al polo han sido aisladas y silenciadas en buena medida y las empresas han recuperado y fortalecido su legitimidad.
En el Museo del Puerto de Ing. White hay una clara alusión a esa estrategia desarrollada por las empresas del polo petroquímico, múltiples objetos son expuestos envueltos en polietileno. Sergio Raimondi, director de la institución, explicó: “La llegada de las petroquímicas, de esta labor, de este trabajo de inserción comunitaria, tiene que ver con una metáfora que se usa vulgarmente, que es la de ‘envolver’: ‘¡Te envolvieron!’. (…) Entonces en el Museo hay distintas situaciones en la que muchos de los objetos que expuestos aparecen envueltos en polietileno. Esto se empezó a hacer hace 3, 4 años, y fue creciendo. (…) Y últimamente los objetos que han empezado a estar envueltos son todos los del aula. Porque ciertamente en las aulas hay una gran presencia de lo que es el polo petroquímico, dan la merienda en las escuelas, hay donación de libros, proyectos de lectura, formación de docentes. Entonces la escuela está como particularmente envuelta. Está envuelta la maestra, están envueltos instrumentos del escritorio, parte del pizarrón…”.[22][22]
La escuela es una de las puertas que utilizan las empresas para ‘entrar’ a la comunidad. La escuela resulta – con el tiempo – un ámbito natural de las empresas, y la intervención de las empresas en las escuelas resulta – con el tiempo – natural a la comunidad. Petrobras dicta un curso de educación vial en Neuquén o de ‘gestión educativa’ en San Lorenzo durante las horas de cursada. Petrobras ‘instruye’ a  los niños – en el primer caso – y a los docentes – en el otro, los consejos/contenidos dados por la empresa adquieren la misma jerarquía que el planes de estudio públicos para alumnos y los docentes.
 “Por iniciativa de la empresa Petrobras, se realizó un simulacro de evacuación en los Colegios ‘Niño Jesús’ y 6033 ‘Gobernadores Cullen’ de la localidad de Puerto General San Martín. Los ejercicios contaron con la colaboración del gobierno municipal, Prefectura Naval Argentina y la UR XVII, entre otros”, informa el periódico electrónico Sin Mordaza. “De esta forma, la petrolera reafirma su compromiso de actuar siempre con Responsabilidad Social y Ambiental, preocupada por el desarrollo social de las comunidades donde opera. Los trabajos de evacuación y capacitación, continuarán a lo largo del año en distintos establecimientos educativos de las ciudades de la región”, concluye la nota. Pero una pregunta que sin respuesta: ¿por qué son necesarios los simulacros de evacuación?[23][23]
La empresa asume el rol del buen de vecino, del ciudadano solidario y preocupado por la suerte de sus pares, procura diluir la asimetría existente entre su posición dominante y la del resto de los actores. Si esta asimetría resulta incultable, todavía puede asumir el rol de madre/padre y reproducir la naturalizada jerarquía familiar. Pero más allá de su característico compromiso y reponsabilidad social o puestas en escena – como se prefiera – su fin último es la maximización del beneficio económico, el aumento de la rentabilidad. ¿Cuáles son los objetivos inmediatos de Petrobras?”, preguntó la revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química, a fines de 2002. “Queremos racionalizar el portafolio de activos adquiridos y mejorar la productividad para obtener mayor rentabilidad”, respondió Carlos Alberto Da Costa, director de Exploración, Producción, Gas y Energía de Petrobras Argentina.[24][24]




* Hernán Scandizzo es periodista. Integrante del Colectivo Pueblos Originarios de Indymedia Argentina. Colaborador del diario Berria (Euskal Herria) y el quincenario Noticias Aliadas (Perú). Corresponsal del periódico mapuche Azkintuwe, y Laura Calderón es Estudiante de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, participa en experiencias de Educación Popular.

[1][1] Revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química, noviembre 2002. http://www.e-petroquimica.com.ar/edicion182/index.php?id=edicion182/petroleo4.php

[2][2] Revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química, abril 2005. http://www.e-petroquimica.com.ar/

[5][5] ídem.

[8][8] ídem.

[11][11] Informe realizado por el Dr. José Luis Esteves el 23 de Abril de 2004.

[12][12] Entrevista a Hernán Zerneri, presidente de la Asociación Ambientalista Unión 20 de Agosto Ing. White, 13/09/05.

[13][13] Entrevista a Néstor Ortega, Subsecretario de Gestión Ambiental, Bahía Blanca, 09/09/05.

[14][14] El poder de sanción lo tiene la Secretaría de Política Ambiental con sede en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2005/2005prim/tecnologia1/petrobras-bahia-blanca-18305.asp

[16][16] La Mañana, 27/08/05, www.aquibolivar.com.ar/LaManana/MostrarNoticia.asp?IDnoticia=3356. Subrayado del autor.

[18][18] Ibídem.

[20][20] Roberto Gavilán, entrevista realizada el 11/09/05 en Ing. White.

[22][22] Sergio Raimondi, entrevista realizada el 12/09/05, Ing. White.

[24][24] Revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química, noviembre 2002. http://www.e-petroquimica.com.ar/edicion182/index.php?id=edicion182/petroleo4.php

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2005-11-23 00:00:00
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Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt


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Matrícula INAES 40.246. 

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