Hacia un hospital mejor
El Plan Estratégico, Participativo y Consensuado del Hospital Municipal de Agudos
Dr. Leónidas Lucero tomó forma de libro, un compromiso que comienza este año y
se perfila con objetivos y políticas de atención que se extenderán hasta el
2030.
En el mes de abril se presentó el libro del Plan Estratégico, Participativo y
Consensuado 2018-2030 del Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero. Es
el resultado del trabajo de meses, de participación y consenso entre las
trabajadoras y los trabajadores profesionales, administrativos, de maestranza,
y todo aquel que pertenece al Hospital Municipal. El objetivo principal que
plantea es mejorar las prestaciones de salud que recibe la comunidad y asegurar
las condiciones en que se desempeñan los trabajadores de dicho ámbito, todo
ello a partir de la puesta en marcha de programas, proyectos y actividades a
definirse.
“Estamos en un proyecto que viene desde hace muchos años, tratando de buscar la
posibilidad de tener un hospital moderno” expuso el Dr. Gustavo Carestía,
director de la institución de salud. La primera etapa de esta renovación
comenzó en 1996 y se extendió hasta 1999, “ahora estamos atravesando la segunda
etapa, a partir del año 2014, donde establecimos los mecanismos por los cuales
pensamos que debe hacerse un profundo cambio en las estructuras hospitalarias y
procedimientos del hospital”.
El diagnóstico de situación implicó la confección de un calendario anual de
actividades, poniendo a disposición una organigrama con tiempos y agentes intervinientes.
Esta fase inicial desembocó en un documento que contiene datos sustanciales de
la evolución del Hospital y actuó como motivador para el debate en talleres.
Los encuentros aportaron cuestiones respecto al funcionamiento institucional,
constituyéndose en un momento de sensibilización y motivación de trabajadoras y
trabajadores.
“La participación de múltiples efectores del Hospital en los talleres de
diagnóstico, que no son profesionales y otros que sí lo son, aportó la
diversidad que enriqueció enormemente la discusión y permitió conocer
demográficamente la ciudad y estadísticamente al hospital. En el segundo taller
nos propusieron atrevernos a soñar un hospital, un lugar mejor que lo vamos
hacer entre todos”, describió la Dra. María Angélica Lirio, pediatra y jefa de
departamento de internación, para resumir las experiencias de los talleres de
diagnóstico. Bajo la consigna “no hay proceso de transformación sin
planificación, la planificación es la planificación del cambio”, se organizaron
siete encuentros previos de pre-diagnóstico y diagnóstico, entre mayo y agosto
de 2016. El Dr. Horacio Romano, médico clínico del hospital dijo que “la
experiencia la valoro positiva. Con decenas de miradas distintas, sorprende a
cada uno de nosotros, hay muchas más más allá de las de uno, algunas
concurrentes y otras divergentes, al final del día se pudieron sacar
conclusiones valederas. Valoro mucho poder hablar sobre temas importantes para
nuestra ciudad, como los que surgieron de estas instancias: el medio ambiente y
la vejez”.
Convocantes
En busca de lograr un proceso integrado y construido de manera conjunta por los
agentes, los talleres fueron definidos como espacios para la expresión de los
agentes. “Me llamó la atención que me inviten, habitualmente estas cuestiones
se deciden en la mesa chica”, reflexionó Fabiana Ciccioli, instructora de la
Residencia de Enfermería en Cuidados Críticos. Representadas todas las
categorías de trabajadores del hospital, incluyendo mucamas, técnicos,
farmacéuticos y administrativos, “en un primer momento nos pidieron que soñemos
con un hospital, me pareció fantástico, soñamos que hospital queríamos. Me
encantó que nos inviten a todos, que sea abierto, que salga de las bases y que
no venga sobreimpuesto, que podamos decir lo que sentimos y pensamos sin ningún
tipo de filtro y condicionamiento. Esperamos que sirva nuestro aporte y pueda a
partir de este diagnóstico dar lineamientos que mejoren este hospital porque lo
queremos y formamos parte de él”.
De esta etapa surgió un documento, que contempla la situación del Hospital
Municipal, descripto como de excelencia y con prestaciones racionales, “su
accionar se encuadra dentro de un Sistema Único de Salud, el cual ha
fortalecido el vínculo con las distintas instituciones a través de un trabajo
en red y de políticas macro basadas en la descentralización hospitalaria,
permitiendo una mayor atención del paciente agudo". Según el documento, la
atención está centrada y enfocada en el ciudadano, atendiendo individualmente
las necesidades del usuario y contemplando las subjetividades del paciente.
Medir la eficiencia de un ente de salud es una tarea muy difícil, uno de los
parámetros tomado fue el tiempo de espera para la atención, el cual ha sido
reducido, "los pacientes son categorizados según sus necesidades de
atención y las prestaciones se brindan por cuidados progresivos".
El abordaje produjo muchísimos sueños, historia clínica única informatizada en
red, mayor uso de las nuevas tecnologías de comunicación, sistema de trabajo,
docencia e investigación único y local, acreditación de calidad siguiendo
parámetros internacionales, entre otras propuestas. El obstáculo más nombrado
fue el recurso económico limitado, aunque también surgieron la falta de
planificación y participación, y la decisión política provincial y local. En
cuanto a los deseos en las mejoras de las prestaciones, surgieron propuestas
vinculadas al fortalecimiento del trabajo en red, el crecimiento de recursos
físicos y humanos que se ajusten a las necesidades de la población, para lo
cual se debiera contar con un sistema de monitoreo permanente de las mismas que
permitan la anticipación y la flexibilidad. Frente al interrogante ¿qué salud
ofrecemos?, las exposiciones se ordenaron en dos ejes de conflicto, uno, las
actitudes organizacionales y personales individualistas y fragmentadas, y en
segundo término, las políticas de salud relegadas, sin participación ni
planificación.