Catherine Deneuve y Gérard Depardieu han comenzado a rodar un nuevo film
juntos.

Además de ser dos de los intérpretes más destacados del medio francés, durante
sus largas carreras Catherine Deneuve y Gérard Depardieu han coincidido varias
veces y forman una pareja tan despareja -una especie de “Bella y Bestia”- como mítica
del cine internacional.
Sus primeras colaboraciones fueron en 1980 en El último metro (1980), un drama ambientado
durante la ocupación nazi de Paris en la Segunda Guerra Mundial dirigido nada
menos que por François Truffaut, que hasta el momento es el mejor de todos sus
cruces y Je vous aime, una comedia
romántica de Claude Berri; con Deneuve rodeada por sus galanes presentes,
pasados y futuros -Depardieu era uno de ellos- en una celebración familiar.
Al año siguiente, en La elección de las
armas formaron con Yves Montad un trío perseguido por la policía bajo la
dirección de Alain Corneau con quien repitieron en Fort Saganne (1984). Un drama de época, que se desarrolla en una
colonia francesa en el Sahara.
Una noche de sorpresas (1988) de
François Dupeyron los reunió en una carretera contemporánea, donde ella era una
mujer arrojada del coche por un marido violento y él el cirujano con un
desperfecto mecánico que la socorre.
Ya en este siglo/ milenio el veterano André Téchiné los dirige en Los
tiempos cambian (2004), dónde son una pareja que se reencuentran después de
tres décadas.
Y François Ozon los enfrenta en una
guerra de sexos en la comedia Las
mujeres al poder (2010), que bajo ese título esconde a la transitada pieza
teatral Potiche de Pierre Barillet y
Jean-Pierre Grédy donde encarnar a un industrial que ante una huelga general pone
a su mujer al frente de los negocios con resultado muy diferente al que
esperaba.
Recientemente han rodado Bonne Pomme -algo
así como “Buenazo”- en locaciones
cercanas a París.
Una comedia que hasta el momento no tiene título en castellano y habrá que
esperar al año próximo para ver que sale de este nuevo encuentro a las órdenes
de la directora Florence Quentin. Aunque será un placer ver a esos dos grandes en la
piel de un mecánico que se refugia en una pequeña ciudad y comienza a
interesarse por la dueña de la posada, antes de que el pasado se interponga en sus
planes.