Al
votar a Macri le firmamos un cheque en blanco. Una vez que se lo dimos, él le
puso la cifra.
No votemos más por personas, votemos por un programa que debe contener lo que
el pueblo requiera para vivir dignamente. Que exponga lo que como país, tiene
que estar en manos del Estado. El capital privado puede y debe participar.
Las empresas privadas tienen que tener rentabilidad, las del estado también
deben brindar beneficios (mantenimiento-tecnología), pero se debe medir su
valor estratégico y, a veces subsidiarlas.
Quien quiera ser presidente debe ser fiel cumpliendo con el programa.
La justicia y nuevos organismos estatales deben controlar que lo que se votó se
cumpla.
Hoy se jura por los Santos Evangelios y, si no cumplen que Dios y la Patria lo
demanden, esto es falso, pasó a la categoría de “ironía cínica”.
Estados Unidos le hizo tantas enmiendas a su Constitución que hoy es un
remiendo, Marx cuando la leyó la consideró la más avanzada del mundo.
El papel higiénico sustituyó a todas las constituciones.
En mucho la humanidad avanzó, y en otras retrocedió.
En el proceso de la vida humana se producen cambios, si la realidad se
modifica, los cambios deben producirse para mantener el equilibrio.
Macri hizo a la inversa, todos los cambios que hizo, son contrarios al pueblo y
al país.
El pueblo está votando en la calle contra él y su gobierno. ¿Por qué no se respeta
la voluntad del pueblo?