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Democracia y sociedad industrial
Categoría: Opinión

Hagamos un poco de historia para comprender esta sociedad actual. En el año 1955 en la Sorbona de París el profesor Raymon Aron (1905-1983) analizó el tema de la sociedad industrial y su relación con el desarrollo. La sociedad industrial es otro modo de plantearse el tema del capitalismo y su relación con la democracia, centrando su interés en los métodos de producción. Poco antes se había publicado Las etapas del crecimiento económico de W. W. Rostow y se había convertido en una especie de Biblia del tema del desarrollo dentro del sistema democrático.
Comienza haciendo una referencia demasiado simplista para definir esa sociedad: “La sociedad industrial es aquella donde la industria, la gran industria, es la forma de producción más característica”. Y describe las líneas generales con que se dio en los países centrales. Su primera consideración, de carácter histórico, lo lleva a señalar que la sociedad industrial separa el ámbito de la familia del de la empresa e introduce un modo original de división del trabajo que va mucho más allá de la división tradicional entre trabajo artesanal y agrícola. Ahora bien, esta división se desarrolla en el seno mismo de la empresa y adquiere un carácter técnico, por especialización de tareas. Este tipo de empresa industrial, la gran industria, supone una acumulación previa de capital de dimensiones desconocidas hasta entonces, y requiere que éste se renueve y se acumule. Esta es una condición necesaria para su existencia.
La dimensión que adquiere el capital obliga a manejarlo mediante el cálculo racional, a fin de obtener el máximo rendimiento sobre la base de los menores costos posibles, lo que dará lugar a un menor precio de origen para que pueda ser colocado en el mercado y obtener utilidades. Éstas, a su vez, en su circulación comercial, serán la base de una acumulación creciente. Este modo de plantear la producción debe someterse a lo que los economistas denominan el cálculo económico. Este cálculo económico no debe ser confundido con el cálculo técnico. Éste se refiere al modo de producir una mercancía, aquél a la necesidad de obtener la mayor renta posible, puesto que no todas las técnicas que puedan ser aplicadas rendirán los mismos beneficios. El cálculo económico es el que va a orientar las inversiones del capital en la búsqueda de la mayor rentabilidad posible.
Otra característica que la empresa industrial capitalista exige es la existencia de mano de obra libre desocupada en cantidades importantes. La cantidad de mano de obra debe estar siempre por encima de las cantidades necesarias para producir, y estar siempre disponible para su utilización. De este modo el valor de ella quedará sometido, por efecto de la oferta y la demanda, a un precio bajo. Esta situación está evidenciando la concentración de la propiedad de los medios de producción en pocas manos y la abundancia de trabajadores disponibles para producir. Esto es importante subrayarlo porque es una condición necesaria para el buen funcionamiento del mercado capitalista, es decir el logro de la mayor renta posible. Lo que se conoce como el costo laboral.
Haber entrado en estas definiciones y aclaraciones de la empresa capitalista y las condiciones que ésta exige para el buen funcionamiento del mercado, nos permite tener a nuestro alcance una mayor cantidad de elementos de juicio para comprender las condiciones a las que está sometido el ciudadano de la democracia liberal. Si bien quedó dicho en otra nota que el capitalismo no exige para su funcionamiento la democracia, es también cierto que las democracias occidentales que conocemos se dieron dentro del marco de la sociedad capitalista.

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2007-04-15 00:00:00
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