Guión y dirección: Christopher Smith
Fotografía: Danny Cohen
Música: The Insects
Origen: UK – Alemania (2004)
Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años, con reservas
Intérpretes: Franka Potente, Vas Blackwood, Jeremy Sheffield, Paul Rattray, Sean Harris

Creep se estrenó con su título original en inglés, quizás porque la palabreja se repite bastante en las películas de terror -más o menos equivale a horripilante- y permite imaginar lo que se viene.
En realidad pertenece al subgénero gore, o terror con tracción a sangre.
El punto de partida de la trama -lineal, básica y sin mayores hallazgos- es un mito urbano, que asegura que los laberínticos túneles del tren subterráneo encierran peligros y seres monstruosos. Una elección inteligente, ya que permite la identificación del espectador con los temores de los personajes.
La protagonista casi excluyente es Kate (Franka Potente), una mujer joven y aplomada que una fría noche londinense no encuentra un taxi y se apura para tomar el último subte. Pero se duerme en un banco, y cuando despierta está sola y encerrada en la estación. Busca cómo salir, pero oye unos gritos agudos que anticipan el espanto.
La actriz alemana Franka Potente corre por su vida otra vez. Desde que logró la atención del público internacional con el film Corre, Lola, corre (Tom Tykwer, 1998) -en el rol de la Lola, por supuesto- casi no ha podido dejar de hacerlo, en Identidad desconocida (Doug Liman, 2002), Anatomía (Stefan Ruzowitzky, 2000), o La emperatriz y el guerrero (Tom Tykwer, 2000), entre otros.
Pero como con la práctica llega perfección, Potente destaca en ello y uno quiere que la pobrecita logre huir del engendro que se divierte despanzurrando gente en los rincones oscuros del subte, y se olvida que ese tipo de persecución ya la ha visto muchas veces.
Una trama tan lineal, sin el adorno de tramas secundarias, no da para mucho metraje, así que en menos de noventa minutos se resuelve el entuerto. Algo que se percibe como un acierto, junto con la discreta alegoría sobre el estado de la sociedad actual, que se desliza en la última secuencia, y sólo para quien esté dispuesto a notarla.
Creep fue un éxito en Europa, demostrando que no son necesarios grandes presupuestos, despliegues de efectos especiales, elencos cargados de estrellas, o una trama complejísima para atornillar al espectador a su butaca.
Para finalizar una advertencia a los impresionables: el buen gusto visual y el gore se excluyen entre sí, y a los usuarios de subte: que lo piensen mejor.