Ni la crisis mundial del capitalismo se tomó vacaciones, ni los acontecimientos dejaron de producirse.
6.30 de la mañana, en la Televisión Pública pasan un documental que se titula: “La nueva frontera”, y en nombre del Estado argentino la señora Nilda Garre nos habla de un importante trabajo que se viene desarrollando entre científicos del Conicet y la Armada Argentina en nuestro mar continental y su potencial económico.
Hará unos tres meses me puse a estudiar su impacto económico basado en un libro que se titula “Geografía económica de los océanos del mundo”. Pero no es a eso a lo que me quería referir, sino a un acuerdo que promoví en el año 1990 entre la Academia de Ciencias de la es URSS, su Instituto Shirshov de Oceanología -era el mas grande del mundo- y nuestra Universidad Nacional del Sur y el IADO local.
En el anteproyecto, a mi instancia, se invitó a oficiales de la Armada (Puerto Belgrano) y el Instituto Oceanográfico dependiente de la Armada, que estuvieron presentes a la firma del convenio. La tiranía del espacio quizás impida publicar la síntesis de ese convenio. ¡Cuán importante sería darlo a conocimiento público!
La guerra por la reconquista de nuestras Islas Malvinas puso en evidencia como valor estratégico en la mira del imperialismo norteamericano-inglés dominar el paso hacia los océanos Atlántico, Pacífico, extensivo al Índico y a la Antártida Argentina. Como hipótesis de guerra, la Argentina es muy vulnerable. Es difícil defender un territorio tan extenso como Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut y la parte de la Provincia de Río Negro que tiene como frontera patagónica al mismo río cuya expresión demográfica acusa apenas dos personas por kilómetro cuadrado.
No sabemos hasta qué punto han evolucionado las fuerzas armadas de Chile de las que se temía invadieran a la Argentina, y cuál es el grado de evolución de nuestras fuerzas militares argentinas.
Ese análisis es lo que me llevó, aproximadamente un mes atrás, a escribirle al presidente Chávez haciéndole conocer estas reflexiones y con un agregado de mi parte: Cristina le hará más caso a Chávez que a mí. Pocos días después se realizaba la Cumbre del Mercosur en Montevideo, y allí se planteó el apoyo a la Argentina (por las Malvinas).
Esa misma ecuación (estratégica- militar), en forma muy sucinta la envié a funcionarios chinos de su Embajada en Buenos Aires. La República Popular China comunica oficialmente su apoyo a la República Argentina por la cuestión de las Islas Malvinas
Y la misma presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo ratifica diciendo: “Las Malvinas no es un problema solamente argentino, lo es de toda América”.
Al suscribirse el Convenio Científico Academia de Ciencias, URSS- Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca), solicité una entrevista al entonces Director del Conicet, doctor Raúl Matera. Viajé a la Capital y expuse personalmente los fundamentos en que me basé, la respuesta fue: “Dígale al señor rector de la UNS que yo personalmente me quiero poner al frente de este proyecto”.
Lamentablemente al tiempo caía la URSS y poco después fallecía el doctor Matera.
La política tiene más tragos amargos que dulces. Cuando en mi juventud me vi forzado a irme de aquí, me radiqué en la Capital, estuve 10 años, allí conocí a los grandes maestros de la pintura, la escultura, el arte y la cultura. Mi forma de ser campechana y transparente me abrió muchas puertas, así fue como llevaba a dos jóvenes compositores y cantantes folclóricos a actuar a fiestas familiares, actuaban unos 30/40 minutos y se les daba 10 pesos a cada uno. Ellos eran Horacio Guaraní y Ramón Ayala. Del primero recuerdo una zamba en la que describía una estrella que, aunque esté muy alta yo sé que un día la he de alcanzar, y de Ayala en su viaje a la Patagonia, una de sus canciones que dice: “Parecen brujas las torres / Por donde sube el petróleo / Esperanza de los pobres”.
Hoy, jueves 19 de enero, me entero que el ministro De Vido en Venezuela firma acuerdos para refinar petróleo que Argentina extrae en la Franja del Orinoco y lo piensan refinar aquí. Fue en el año 2007 que escribí a los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez, de Venezuela, proponiéndoles instalar dos refinerías aquí , una de petróleo y una de gas. Se aprobó la planta regasificadora (en demora).
Don Ata supo decir: “Cruz del Sur, marcame un rumbo”. La estrella la estamos alcanzando, el petróleo volverá a manos argentinas y en cuanto al rumbo… no me equivoqué. Porque, como dice un refrán criollo, “Donde hay yeguas, potros nacen”.