Convida kamishibai
Claudia Lima invita a sus espectadoras y espectadores a disfrutar del
protagonismo de los cuentos que relata.
Kamishibai significa “teatro de papel” en japonés. Como indica la iniciativa
que lleva adelante Lima, en un mundo mediatizado “propone volver a despertar la
imaginación invitando a vivir de otro modo el ser espectadores y
participantes”.
Es un relato acompañado con imágenes, se usa un pequeño teatro que se llama butai donde son colocadas las láminas
dibujadas de la historia que se va narrando. De esta forma, se produce un
intercambio visual y auditivo. Lima se inspiró en una maestra de literatura que
mostraba sus trabajos de kamishibai en la Biblioteca Rivadavia.
Desde entonces, aglomeró sus conocimientos artísticos y se apropió de la
metodología narrativa desde su propia impronta y visión particular. “Me llamó
mucho la atención desde hace unos años, en mi resonó y quise ver qué era.
Cuando empecé a investigar por internet en ese momento me bajo una catarata de
información y pensé que era maravilloso porque podía mostrar arte ilustrado
acompañado de la narración y me pareció mágico. Al principio, sonaba
interesante pero cuando empecé a realizarlo y lograr ese intercambio con el
otro, la gente al finalizar la función te dicen algo bueno sobre los cuentos”,
explicó.
Aportes
Como otro aspecto característico, Lima expresó el componente educativo de
la técnica, que invita a repensar y concientizar mediante cuentos que
interpelan a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos. “Siempre se trata
de dejar una enseñanza. Trabajo con temáticas como la del bullying, sobre la
aceptación, trato de buscar esos cuentos que ayuden de alguna manera a que
alguien se vea reflejado en una situación y que sirva. No tiene límite de edad
y es muy interesante lo que se genera”.
Desde el inicio de la pandemia, la artista local habituada a espectáculos en
espacios públicos y establecimientos de la comunidad como bibliotecas y
escuelas, decidió enfocarse en otra área de su labor. “Estuve dibujando mucho.
No me anime a hacerlo vía Zoom o por Facebook porque el kamishibai lo que tiene
de particular es que necesita el intercambio natural con el espectador. El
intercambio de la mirada, de los silencios donde generalmente los chicos, a
diferencia de una narración típica, se detienen en algún momento y son parte de
la historia”. Teniendo en cuenta el intercambio, al hacerlo a través de una
plataforma virtual se perdería el clima colectivo.
Arte inclusivo
“Es antiguo pero siempre se va reinventando. Algunos dicen que es milenario
el hecho de que los monjes en Japón lo usaban para enseñarles a quienes no
sabían leer, lo usaban para las personas que no sabían leer y escribir cosas de
la moral”, relató.
En la época del 30´, Japón tuvo una crisis económica muy grande y no había
trabajo, por eso “se armaban sobre unas bicicletas y las familias fabricaban
golosinas caseras y el abuelo generalmente partía pueblo por pueblo contando
una historia a cambio de esas golosinas”, concluyó Lima.
El 7 de diciembre en el marco del Día Internacional del Kamishibai por la paz,
Lima fue invitada a encontrarse de forma online junto a otros narradores de
México, Puerto Rico, Australia, Marruecos, España, Japón, entre otros países.
Para conocer más acerca de su actividad, ingresar a su página de Facebook:
“Papel que narra”.