Uno de los grupos que se instaló en nuestro país a principio de siglo, fue el de Alemania, que huía de las guerras y la miseria de todo el continente europeas.
Así como muchos grupos extranjeros se arraigaron en nuestro país y más precisamente en nuestra ciudad, los alemanes se organizaron en determinadas comunidades.
En Bahía Blanca hay 2 instituciones de descendientes de Alemania. Según el presidente de la Asociación de Alemanes del Volga, Silvestre Sänger, en este momento no se unen por una cuestión jurídica pero “estamos trabajando con los mismos objetivos”.
Los objetivos son difundir y rescatar las costumbres y la cultura de su país, así como albergar y contener a las personas que sean descendientes de alemanes.
Respecto al proceso de creación de la asociación, Silvestre nos contó que a raíz de la fundación de centros alemanes en otras partes del país, un grupo de voluntarios radicados en Bahía comenzaron a organizarse para que en nuestra ciudad exista un espacio dedicado a esa cultura.

Bailar… para sanar las penas
Consultado acerca de las características de la agrupación, Silvestre remarcó el hecho de mantenerse unidos dentro del grupo inclusive teniendo en cuenta que desde la inmigración los alemanes radicados en Argentina se instalaron en colonias cerradas y se organizaron según las provincias de Alemania de donde provenían. “Una de las características más importantes de la gente de los Alemanes del Volga, es que fueron muy sufridos, y siempre digo que si cada inmigrante que ha venido contara su historia, sería el mejor guión de una película no exenta de dramatismo, coraje y tristeza”, detalló Silvestre a la vez que nos narraba su propia historia familiar de inmigración.
El padre de Silvestre vino a la Argentina en un barco desde Saratov, cuando tenía 16 años, escapando del servicio militar que por esas épocas significaba ir a la guerra. Los padres bendecían a sus hijos, porque sabían que una vez que se subieran al barco, no los verían nunca más. El padre de Silvestre tenía una hermana en nuestro país, que había venido antes con su marido, aunque no sabía nada de ella.
“De aquí viene el origen de algunas las tradiciones que mantenemos en los centros de colectividades, el baile, porque los inmigrantes encontraban el antídoto a todas sus penurias y sufrimientos en la música, en las reuniones para divertirse y compartir con los suyos”, detallo Sänger.

Todos tenemos un familiar
Respecto a los datos estadísticos de los descendientes alemanes, según sus registros en Bahía Blanca casi un 10% de la población pertenece a ese grupo, por lo tanto, 35.000 bahienses tendrían conexión con el país germano. Y no sólo en Bahía ocurre esto, sino que en la región también hay colonias y entidades de alemanes organizadas, por caso Coronel Suárez, Santa Rosa, Villalonga, Stroeder, San Miguel, San Teresa, Guatrache, Casas, Patagones, entre otros.

La asociación, las necesidades y la comunidad
La Asociación Bahiense Alemanes del Volga cuenta con una comisión directiva compuesta por 14 personas. Se reúnen todas las semanas en la sede de Castelli 735, en la casona que pertenece a Pepita, una de las integrantes de la comisión. A pesar de su buena voluntad, reconocen estar necesitando una sede propia preparada para todas las actividades que les gustaría concretar: “Este lugar no nos alcanza, estamos tramitando a través de la Municipalidad algún edificio desocupado en comodato. Tenemos una idea importante: nos gustaría rescatar los galpones del ferrocarril en desuso, aquellos que han sufrido saqueos desastrosos. Yo pienso que podemos rescatar eso con dos objetivos, uno sería poder cumplir nuestra misión, y el otro rescatar el patrimonio arquitectónico de esas construcciones”.
La sede no sólo sería una buena noticia en cuanto a tener un lugar propio, sino que también les daría la oportunidad de abrir sus puertas a más personas y les permitiría organizar otro tipo de eventos para interactuar con la comunidad.
Respecto a este tema, Silvestre enfoca el tema hacia sus ya típicos bailes, ya que “cuando hacemos los bailes es increíble la cantidad de gente y la voluntad que ponen todos para participar, creo que en Bahía Blanca la fiesta de los alemanes se hizo masiva porque es un encuentro divertido y familiar, asisten muchas personas, socios y no socios”, detalló Silvestre Sänger.
El único problema que nos plantea el presidente de esta asociación alemana es la dificultad de incluir a los jóvenes en la asociación, ya que todos los que trabajan en la entidad y los que participan de las actividades son mayores de 50 años: “Necesitamos gente joven que se haga cargo de esta posta”.

Paladares extranjeros
Los Alemanes del Volga quisieron compartir con nosotros una de las recetas más típicas de su cultura gastronómica, el Strudel, o arrollado de manzana.
Para la masa mezclar 250 gramos de harina 0000, con 1 huevo, sal y agua tibia. Amasar y golpear la preparación hasta que no se pegue en las manos. Dejar reposar 30 minutos.
Estirar la masa hasta que quede casi transparente, pintarla con manteca derretida y espolvorearla con pan rallado.
Rellenar con manzanas, nueces, pasas de uva y trocitos de manteca. Espolvorear con azúcar y canela. Enrollar y cocinar por 40 minutos en horno moderado.