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Bibliotecas populares en la ciudad
Categoría: Cultura

Las bibliotecas populares son un espacio de encuentro y de conocimiento que desarrollan una importante tarea a nivel barrial.
En el caso de Bahía Blanca, son diecinueve las bibliotecas que integran el Consejo Municipal de Bibliotecas Populares, del que participan también bibliotecas en formación que reciben ayuda y capacitación.
El director del Instituto Cultural de Bahía Blanca, lic. Federico Weyland, se entrevistó con EcoDias para hacer un repaso por las actividades de las bibliotecas de la ciudad.

El poder ejecutivo municipal bahiense envió un proyecto de ordenanza que busca organizar la gestión de las bibliotecas, y agruparlas en el Consejo Municipal de Bibliotecas Populares, el cual funciona bajo la órbita del Instituto Cultural y comprende actualmente a diecinueve instituciones. Esta norma dejaría atrás las ordenanzas 3890\94 y 9825\ 97 que daban el marco regulatorio a las entidades.
“Tenemos el proyecto que fue elevado en estos días al Concejo Deliberante, donde se han escuchado distintas propuestas de las bibliotecas populares. Algunas bibliotecas se acercan para conocer cómo es la formación de una biblioteca popular, qué hay que llevar adelante, cuánto tiempo se necesita para fortalecer la biblioteca y después ser parte del Consejo. Lo que analizábamos es la vinculación del Instituto Cultural como tal con las bibliotecas como Consejo”, menciona el lic. Federico Weyland
Las bibliotecas populares son entes autónomos, su labor es dirigida por una comisión directiva que es la encargada de los empleados, los bibliotecarios, y de llevar adelante las políticas de fomento de la lectura y del acercamiento con al gente.
“Había cuestiones formales de la biblioteca donde no había una relación directa con el Instituto. El caso más llamativo y el más concreto, es que la Municipalidad por medio del presupuesto siempre dispone de una cantidad de dinero para asistencia, tipo subsidio, para las bibliotecas. Más allá de la estructura formal que hay que rendir para recibir el dinero, había una relación que era un subsidio único que cubría una expectativa que era muy baja y siempre era igual para todas las bibliotecas”, explicó el funcionario.
Cada una de las bibliotecas de la ciudad tiene distintas necesidades y actividades y servicios distintos.

Legislar acorde a las necesidades
“La idea era empezar a graduar este tipo de servicios que se brindan, a magnificar y ponderar la biblioteca en esa comunidad y la estructura después. Obviamente, cuando hablamos de bibliotecas populares en Bahía Blanca, tenemos una característica muy particular -creo que es única en el país- que es la presencia de la Biblioteca Bernardino Rivadavia como biblioteca popular y las dieciocho restantes.
“En el Consejo trabajamos todas por igual, todas tienen voz y voto, y se eligen las autoridades a partir de las bibliotecas”, dijo Weyland.
En la actualidad, la presidenta del Consejo Municipal de Bibliotecas Populares es Silvia Sturnigh, quien coordina las bibliotecas Rosario Sur y Villa Rosas.
La ordenanza propone un trabajo más formal del Consejo Municipal de Bibliotecas, graduando la ayuda en función a las necesidades económicas que tienen cada una de las bibliotecas.
Los beneficios de participar del Consejo son básicamente de información y capacitación. Muchas veces los trámites que son necesarios para llevar adelante una biblioteca son engorrosos, por lo que una biblioteca que recién empieza no sabe cómo hacerlo; es ahí cuando es importante la colaboración y la relación entre las instituciones.
La posibilidad de recibir capacitaciones relacionadas con la actividad, es otra de las ventajas de pertenecer al consejo.
“Desde el año pasado venimos trabajando con la CONABIB (Comisión Nacional de Bibliotecas populares), pero el año pasado Silvia Sturnigh logró obtener capacitaciones de parte de la CONABIB. Como continuidad este año se brinda otra con la idea de capacitar bibliotecarios pero también a las comisiones directivas que llevan adelante el funcionamiento de la biblioteca, y aquellos que estén relacionados con las bibliotecas, porque es un realidad que las comisiones no tienen los mismos tiempos que los bibliotecarios que están directamente relacionados con el público que se acerca”.
Esta capacitación será el 16 y 17 de octubre en el Salón Blanco de la Municipalidad con el objetivo de brindar herramientas para formalizar y crear proyectos para que se puedan conseguir los medios para realizarlos, ya sean económicos o de relación con otros actores para concretarlos”, explicó.

Bibliotecas en formación y de las otras
Algunas bibliotecas recién se inician en la tarea de aportar a la comunidad la posibilidad de tener acceso a disfrutar de la literatura, o de consultar material de estudio, y por qué no, de hacer algún curso. Porque la biblioteca no es sólo libros, sino que existen otras actividades que se realizan allí y que amplían el concepto de institución educativa.
“La última que ingresó es la del Barrio 12 de Octubre, “Martín Allica”, ubicada en Humbolt 3758, que se formó hace tres años, pero hace dos que está trabajando en forma constante con una comisión directiva y que logró ingresar a la comisión a fines del año pasado. También tenemos en formación la Biblioteca Almafuerte que hace un año trabaja a puertas abiertas, ubicada en Enrique Julio y Sixto Laspiur. Ellos están trabajando muy bien con actividades no sólo de biblioteca sino con cursos”, comentó Weyland.

No sólo libros
“La idea de las bibliotecas es empezar a vincular esto, no sólo un lugar donde llevar y dejar libros, sino un centro de difusión y de información. Por eso trabajamos mucho con las bibliotecas y les damos la posibilidad de que tengan grupos que se presenten, algunos talleres, como para que la gente tome noción del rol que cumple la institución en esa comunidad, y que conozca lo que tiene. Quizás por ir a ver un grupo (musical) descubre el ambiente y se acerca a la biblioteca”.
Otra biblioteca en formación es la biblioteca ambiental “20 de Agosto”, ubicada en Caronti 87, que pertenece a la Asociación 20 de Agosto.
“Pero ésta no es popular, sino temática. Esto genera una organización de cómo coordinar otras bibliotecas que hay en la ciudad, que no son menores. Creo que es lo mejor un trabajo en red, para conocer lo que hace cada uno para utilizar las referencias de otras entidades. En realidad la biblioteca popular de un barrio lo que debe brindar es un servicio de información a la gente que se acerca. Esa información puede estar contenida en un libro, un diario, una publicación o un cd, dvd o cualquier formato. Pero otra forma de informar es decirle a la persona, donde referirse para buscar otro tipo de datos. Lo ideal es ofrecer el material que tienen y brindarle al consultante la posibilidad de buscar en otro lugar. Esa interrelación entre cada una de ellas, fomenta la lectura, el conocimiento no restringido a un espacio en particular”.
Pero además de bibliotecas populares barriales, hay temáticas y de colectividades extranjeras.
“Recibimos la propuesta de la Unión Vasca, que cumple 110 años, de hacer una exposición de bibliotecas de colectividades extranjeras. Estas agrupaciones cuentan con bibliotecas que contienen libros en sus idiomas originales, libros traducidos que son de difusión del idioma, pero también tienen materiales como DVDs, videos, audios.
Todo este material existe y está a disposición, pero muchas veces se piensa que está solamente para las personas de la colectividad o que estudian el idioma”.
Justamente, la muestra será el 5 de septiembre de 16 a 20 hs. en la sede de la Unión Vasca, de Lamadrid 387.
“Este trabajo no es menor, estas bibliotecas tienen buen material, muchas veces reunidos con esfuerzo de las familias, o en otros casos con ayuda de las embajadas o consulados de los países”.
En cuanto a bibliotecas temáticas, existen las bibliotecas de los colegios de profesionales que son más específicas para los profesionales vinculados. Por tratarse de instituciones, la comunidad se puede acercar a conocer el material, por caso, de las bibliotecas del Colegio de Médicos, la Asociación Médica, el Colegio de Abogados y el Colegio de Ingenieros.

La biblioteca como identidad del barrio
Como decíamos la biblioteca no es sólo libros, sino que existen otras actividades que se realizan allí y que amplían el concepto de institución educativa.
En general hay de todo tipo de actividades, dependiendo de las bibliotecas que tienen más estructura para realizar actividades, como cursos, presentaciones, etc.
“Hay muchas actividades que tienden a fomentar la lectura, como el caso de la Biblioteca Rivadavia con proyectos reconocidos a nivel nacional o provincial como el ‘Sillón de Contar’ de los sábados a la mañana o la experiencia del libro ‘Bajo las estrellas: 120.000 años de historia bonaerense’. En el caso de cursos, tenemos el caso de la biblioteca de Villa Mitre, con cursos de inglés, de apoyo escolar, de manualidades o bailes.
También hay proyectos más abarcativos como la creación de una página web común entre todas, la vinculación de trabajar un mismo formato para catalogar y cargar todo el patrimonio bibliográfico dentro de un mismo programa, para poder empezar a vincular las bibliotecas trabajando en red”.
Está el caso de la Biblioteca Popular Pajarita de Papel que cumple 20 años. Una biblioteca que es referente en biblioteca para niños y jóvenes y que ha realizado un gran trabajo como biblioteca popular, “con un perfil de usuario muy definido y que fue de avanzada para muchas propuestas nuevas. Referencia típica de bibliotecas para niños en el país, es la Pajarita”.

Asociarse
Si después de leer esta nota, nos preguntamos cómo podemos ayudar a las bibliotecas populares para que sigan desarrollando su tarea como hasta ahora, la respuesta es: Asóciese.
Esa institución donde los chicos van a hacer los deberes, los jóvenes buscan material para la universidad o sacan alguna novela, donde se puede hacer un curso de manualidades completamente gratis, o simplemente ir a leer los diarios, necesita su colaboración que no por mínima es menos importante. Las cuotas societarias son muy bajas y accesibles para todos y se paga por grupo familiar.
“Tengamos en cuenta que cuando se abrió la biblioteca Rivadavia hace 127 años, se fundó a partir de ciudadanos que tenían sus propias bibliotecas y podían comprar libros y leerlos solos. Lo brindaron a la comunidad y hoy tenemos que pensar en eso, porque hoy ciertas economías actuales nos hacen pensar que tenemos que pagar cierta cuota para recibir un servicio: es como que si no vas a tal biblioteca, ¿para qué vas a pagar? No es así. Hay gente que no tiene medios y por una pequeña cuota nosotros podemos ayudar a que esa persona se acerque y tenga un buen servicio, y de paso ayudamos a una institución”.
Y de manera adicional, sepa que puede donar libros que tenga en su hogar en buenas condiciones, que quizás ya no les dé uso personal.

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2009-08-29 00:00:00
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